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El Horror

Imágenes como las que vimos ayer en Faluya le dejan a uno sin palabras. Cuatro cuerpos carbonizados y descuartizados paseados por las calles de la ciudad ante el regozijo de los asistentes. Lo que más me impresionó no fueron los despojos, fueron las caras de alegría de un par de niños ante el dantesco espectáculo. Uno se pregunta dónde está la línea divisoria entre la resistencia y el fanatismo. Y uno, que se manifestó contra la guerra, que no tiene a los americanos como santo de su devoción, uno decía, se indigna al ver lo que hacían ayer estos "resistentes". Hasta dónde puede llegar el salvajismo del ser humano, ya sea bombardeando civiles indefensos o descuartizando cuerpos. A esto llevan las acciones unilaterales y la siembra de odios. Me pregunto si hubieran hecho lo mismo si las tropas que ocupan Irak fuesen un contingente de la Liga Árabe. Si los ocupantes americanos no delegan pronto su autoridad en unas institucionies irakíes democráticas respaldadas por tropas internacionales, el odio seguirá creciendo de forma exponencial y espectáculos como el de ayer serán el pan nuestro de cada día.

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