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Miedo en el cuerpo

Hoy nos hemos vuelto a conmocionar con las imágenes de la barbarie. Un ingeniero norteamericano ha sido decapitado por una célula de Al Qaeda en Arabia Saudí. Poco después la policía de aquel país acababa a su vez con la vida de los terroristas.
La situación en Oriente Medio parece que se complica cada día más. En el reino saudí , tradicionalmente una balsa de aceite, se teme que se entre en una espiral de violencia que desestabilice el régimen proamericano. Nada se sabe de las simpatías de los ciudadanos saudíes ni de cómo se financian las células terroristas.
Lo que sí sabemos es que los norteamericanos viven cada vez más encverrados dentro de sus fronteras. Viajar se ha convertido en un deporte de alto riesgo y cualquier ciudadano con pasaporte de Estados Unidos es el principal objetivo de una multitud de grupúsculos terroristas. Es paradójico que tras la victoria sobre su némesis de los ultimos cincuenta años, la URSS, los EE.UU. sea un país obsesionado con su seguridad. La diferencia con aquella guerra nuclear que atemorizaba en el pasado y esta nueva guerra terrorista es que la segunda es mucho más real. El antiguo enemigo era un sistema de personas criadas en unos valores occidentales (en toda la amplitud del término). Al fin y al cabo los comunistas soviéticos no dejaban de ser una herejía política netamente occidental. Los terroristas de ahora son fanáticos religiosos dispuestos a todo, incluso a moriri por su dios llevándose a cientos de inocentes por delante.
Un profesor especialista en Historia del antiguo Egipto contó una vez en clase cómo la época de mayor miedo de los antiguos egipcios coincidió con el auge más significativo de su imperio. Dominaban medio mundo conocido pero temían que cualquiera les atacara. Sabían perfectamente que cvualquiera de aquellos pueblos que antes no tenían nada en su contra era ahora un potencial enemigo.
La analogía con el presente es obvia. En su momento de mayor poder los americanos son también los ciudadanos más inseguros del mundo. ¿Estaremos asistiendo al principio del fin del imperio americano? De momento ya no queda ni rastro de aquello que hace tiempo se llamó la "Pax americana". Esperemos que el final del imperio no signifique también el final de la civilización y la cordura.

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