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Desmontando mitos I

A poco que uno rasque en la Historia se da cuenta de que la mayoría de axiomas que se dan por ciertos resultan no serlo tanto. En especial aquellos referentes al nacionalismo periférico. Y es que desde hace unos años un servidor tiene una afición, aunque para ser moderno y guay debería decir hobby. La culpa la tiene un señor llamado Juan de Cardona y que vivió a finales del siglo XVI. Y es que según la historiografía nacionalista los catalanes estaban subyugados por la corona española (aunque debería decir castellana), que año tras año hacía lo indecible para recortar las libertaddes de tan noble nación.
Bueno, pues uno va y se encuentra al pobre Juan de Cardona al mando de siete galeras (tres calatalanas y cuatro venecianas) en plena batalla de Lepanto. Algo no cuadra; en todos mis años en la Facultad de Historia nunca se comentó nada parecido. ¿Pero los tercios y esas cosas tan "fascistas" no estaban compuestos por castellanos y mercenarios? Pues parece ser que no. Y el citado Juan de Cardona no fue el único: don Luís de Requessens, señor de Molins de Rei y Martorell (dos poblaciones pegaditas a la mía), participó como comandante en varios hechos de armas durante los reinados de Carlos V y Felipe II, éste último amigo suyo.

Sólo por mencionar algunos de estos hechos, que algún historiador catalanista calificaría de anecdóticos, don Luis de Requessens, a la sazón Comendador de Castilla (¿un catalán con la encomienda del reino que lo oprimía?), comandó cuatro galeras de la Orden de Santiago destacadas en el Mediterráneo, participó en las guerras contra los luteranos en los territorios imperiale, para más tarde ser ascendido a Capitán general de la Mar, cargo que compaginó con el de consejero de don don Juan de Austria, siendo un  personaje decisivo en la ya citada Batalla de Lepanto. Por último, el bueno de don Luis fue nombrado gobernador de los Países Bajos en sustitución del celebérrimo Duque de Alba.
Pero la duda me asalta, ¿no es cierto que estos dos personajes podrían muy bien haber sido unos meros zipayos, unos arribistas que le bailaron el agua al poder de la época mientras sus compatriotas catalanes resistían la dominación española? Pues va a ser que no. De hecho, en los mismos Países Bajos tenía asiento el Tercio de Luis de Queralt, formado en Cataluña y donde prestaron servicio más de 32.000 hombres (17 compañías de 1900 hombres). El Tercio llegó a los Estados Bajos el 7 de diciembre de 1587 y tenía como objeto participar en la invasión de Inglaterra, frustrada por el desastre de la Armada Invencible. Para colmo, sólo cabe mirar las listas de apellidos del resto de tercios para comprobar que menudean apellidos catalanes.
Más tarde, durante el crepuscular reinado de Carlos II, los tercios catalanes eran una realidad frecuente en las constantes guerras contra Francia, aunque antes de eso ya se tienen noticias de la presencia en Italia de tercios catalanes durante la coronación como emperador de Carlos V. Más aún, según un acuerdo firmado en 1519 por Carlos V y la Generalitat, las tropas que operaran en el Mediterráneo deberían marchar bajo la bandera aragonesa (la de las cuatro barras, ya que la de Cataluña era la de San Jorge), algo que todavía hoy está en uso, ya que el Tercio de la Armada lleva en su escudo el águila bicéfala imperial y el escudo cuatribarrado.
Y no acaba aquí la cosa, pero como todo lo bueno se hará esperar...

2 comentarios

jordan 12 -

Every single mountain has a peak. Each valley has its low level. Everyday life has its ups and downs, its peaks and its valleys.No one particular is up all of the time,nor are they down every one of the time. Issues do finish. They are all resolved in time.

Walter -

Excelente artículo e interesantísimo. Me quedo con las ganas de la siguiente parte, jeje. Tal vez te leiste este artículo que tenía en mi facebook, pero si no, aquí va:
http://www.letraslibres.com/index.php?art=9494

Aunque no es precisamente sobre esto.