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El dragón y las serpientes

El dragón y las serpientes La Historia, con H mayúscula, no sigue los mismos parámetros que esa otra historia escrita con h minúscula. Así, los siglos no siempre se corresponden con periodos de 100 años circunscritos entre guarismos acabados con un doble cero. El siglo XX empezó en San Petersburgo en 1917 y acabó en Berlín en 1989. Todo el espacio de tiempo intermedio quedó condicionado por la existencia de la Unión Soviética y su papel en el desarrollo de los acontecimientos. No se puede entender el siglo XX sin tener en cuenta al auge de los fascismos (como consecuencia directa del miedo al "bolchevismo") ni la posterior división del mundo en dos bloques enfrentados. Pero el siglo XXI es otra historia. En la centuria pasada el enemigo era el bloque socialista. El presidente Reagan, predecesor de los actuales neocons estadounidenses, no dudó el calificar como "Imperio del Mal" a la extinta URSS. Todo lo que se hallaba tras el Telón de Acero era la guarida de un dragón malvado y hambriento. Pues bien, tras la muerte del saurio legendario (perverso o no ya queda para la conciencia de cada uno) el mundo se nos ha llenado de serpientes. Las políticas de la Guerra Fría han quedado obsoletas; no se puede acabar con miles de serpientes a cañonazos, ni siquiera es posible someterlas a un bloqueo que las asfixie y las acababe derrotando por inanición. Las serpientes, como hemos podido comprobar tragicamente, se escurren por todos los huecos. No hacen ruido, son sigilosas, muerder con rapidez y se escabullen por cualquier agujero.
Las tácticas empleadas por la administración Bush para acabar con el terrorismo han demostrado que son inoperantes. De nada han servido las invasiones de Afganistan primero y de Irak después. La VI Flota nada puede contra un terrorista suicida. De nada sirven todos los bombarderos invisibles contra un grupo de fanáticos dispuestos a inmolarse o a inmolar sin ningún tipo de escrúpulos.
Es posible, y de esto no estoy muy seguro, que para acabar con las serpientes haya que utilizar hurones. Son también sigilosos y ágiles, y no dudan en introducirse en ningún agujero. Es posible, repito, que parte del peso de la lucha antiterrorista deba recaer en los servicios de inteligencia. La información es el arma más valiosa para prevenir los atentados, y eso lo sabemos muy bien los españoles. Pero también es cierto que la prepotencia lleva al odio. No se puede humillar a una civilización entera sin esperar que los elementos más intransigentes intenten devolver la bofetada. Pese a ello, nada justifica lo que vivimos la semana pasada. La muerte de un inocente no se paga con la muerte de otro. Igual de cobardes son los que aprietan asépticamente los botones que liberan las bombas, como los que dejan una mochila llena de explosivos en un tren. La solución, como casi siempre, se haya a mitad de camino. Los criminales tienen que sentir cómo en sus casas, en sus barrios y en sus ciudades la gente les da la espalda. Cuando nada puedan esgrimir para "justificar" sus actos salvo la intolerancia y el odio habremos ganado la mitad de esta nueva guerra. Insisto, no cabe el diálogo con ellos, pero sí el respeto para con sus países y su gente. Una nueva forma de relacionarse que no se base en el saqueo , sino en el apoyo para que construyan sociedades modernas y democráticas. Esta no es, o no debería ser, una guerra entre civilizaciones, sino una guerra entre la civilización y la barbarie. Si todos acabamos por esgrimir esta última, nuestras casas acabarán por llenarse, irremisiblemente, de serpientes venenosas.

4 comentarios

el primo -

Totalmente de acuerdo primo:
"La muerte de un inocente no se paga con la muerte de otro. Igual de cobardes son los que aprietan asépticamente los botones que liberan las bombas, como los que dejan una mochila llena de explosivos en un tren. La solución, como casi siempre, se haya a mitad de camino."
Lo que ocurre, que el justo medio en este asunto es harto difícil de encontrar.
Para mí la solución se encuentra en el mundo de las utopías (una más)y se basaría en la igualdad Norte-Sur, en la no existencia del hambre, etc, etc.
Sabemos que esto es imposible, que el Capitalismo, neoliberalismo o como pollas se llame la cosa esta en la que vivímos, jamás va a desembocar en una utopía como la que espero...
¿Dónde está pues la solución?
Humildemente creo que en el viajar, en el leer, en el hedonismo.....Pero ni para eso tenemos tiempo, ¡cojones!

Un abrazo. Me reafirmo en lo que te dije en navidad...

pequenho -

Los atentados que ETA iba a hacer en Madrid se evitaron por los servicios de información. No creo que nadie pida un Gran Hermano pero sí que velen por ellos.
También diría que nada me puede hacer entender lo que han hecho esta gente. LA guerra de Irak ha sido ingjusta, pero la mayoría de los musulmanes repudian lo que pasó en Madrid. Son gente de bien como todos nosotros. Yo sí que creo que los servicios de inteligencia tienen que encontrar a los culpables y ponerlos en manos de la ley. Porque si no ¿qué hacemos? ¿Nos rasgamos las vestiduras y dejamos impune este crimen? Desgraciadamente no todas las serpientes se quedan escondidas si no se las molesta.

Esstupenda -

Miedo me da también que mi casa se llene de hurones y que vivamos bajo el ojo de un big brother que so pretexto de saber mire en todos los cajones.
Quizá haga falta hacer otro mundo distinto donde no exista la desesperación que lleva a criaturas a la autoinmolación por casusas que cuatro grandes han decidido que están perdidas. Las serpientes son criaturas que si se las deja tranquilas no atacan.
Quizá las soluciones no sean tan rápidas ni parezcan sacadas de una peli de James Bond.

Víctor -

Yo no lo hubiera dicho mejor. Y admiro el estómago que tienes para levantarte cada mañana con Federico Jiménez Losantos. Si lo hiciera yo, ya tendría todo el día arruinado.