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Esto es la guerra

La guerra parece haberse desatado entre los medios de comunicación de este país. El Torquemada de la COPE no de ja de hacer el ridículo día sí, día también, con sus intentos de desprestigiar a los medios del grupo PRISA. Y aunque uno ya es perro viejo y sabe perfectamente que éstos útlimos no actuaron como actuaron por el interés general sino más bien particular, lo cierto es que El País ha contraatacado, tras la acusación formal del ejecutivo Aznar, con un artúclo interesantísimo titulado Tres días de marzo. En el mismo se incluye una cronología de las comparecencias de miembros del gobierno en la que se contrastan sus opiniones, y reitero opiniones, sobre la autoría de los atentados del 11-M. Pese a esa carta de trabajadores de la SER que corre por algunas redacciones, los hechos son los hechos. Ya sea por afán de poner al PSOE en el gobierno o por mero rigor profesional, los medios de Polanco --Jesús del Gran Poder para los amigos-- fueron de los pocos que fueron filtrando a la opinión pública el avance de las investigaciones. En su inquina contra PRISA, el gobierno saliente y sus voceros han intentado echar tierra sobre el asunto principal. Ahora la discusión se centra en si hubo una presión indigna por parte de algunos medios, aunque ya no parecen acordarse del constante bombardeo informativo por parte de los suyos (COPE, EFE, La Razón, RNE, TVE, El Mundo y las autonómicas en su poder) para señalar a la banda terrorista ETA como autora de la masacre. El ejecutivo de Aznar ha desclasificado unos papeles supuestamente de los servicios de inteligencia que, en palabras de un amigo: "los hago yo con el Word". Es tanta la diferencia de los papeles desclasificados con la realidad de la actuación policial que parece que vivían en mundos diferentes. Pese a todo, nuestro líder sigue empeñado en salvar su honor. Empeño este que parece ridículo ante la magnitud de la tragedia vivida. Y pese a todo la guerra sigue. Una guerra esta en la que resucita el espíritu más cainita de la raza ibérica y los unos apuñalan a los otros. Todo ello me recuerda cuando el PSOE era placado por la trama de los GAL y entonces, aquellos periodistas que ahora echan espuma por la boca se llenaban la misma de palabras como "libertad de expresión" o "investigación periodística". Un espectáculo lamentable que quiere desviar la atención de unos hechos y una cronología concretos. Al común de los españolitos sólo le queda sentarse en su butaca y contemplar el espectáculo de esta lucha mediática entre dos colosos. Lo más triste del asunto es que pese lo que digan unos y lo que digan otros, el principal actor de esta función ya ha actuado. Los 35 escaños que perdió el PP el 14 de marzo deberían de ser un veredicto más que contundente para acallar los ecos de la Caverna.

PD Leed con atención el anterior artículo de este blog.

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