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Nadie es perfecto

Nadie es perfecto Dios mío, que me está pasando; me gusta el Jazz. Increible. Hasta yo me sorprendo de las vueltas que da la vida. Aún recuerdo el tiempo cuando llevaba mi melena al viento, chupa de cuero y flipaba escuchando Matallica. Lo que hay que ver, cómo está la vida. Esto es un síntoma de algo. Antes, cuando hacía zapping y me encontraba con “Jazz entre amigos” me parecía un tostón insoportable de pseudointelectualoides pesados. ¿Cómo coño les podía gustar eso? Si siempre es lo mismo: tururutú/tururutú.
Ay que joderse. No sé si será mi subconsciente o qué, pero ya he visto dos veces la serie de historia del Jazz y no paro de bajarme discos de Charlie Parker. Ahora que lo pienso, creo que la culpa la tuvo el mamonazo de Jack kerouak. Veleidades de postadolescente me llevaron a leer “On the road”. Vamos, el En la carretera de toda la vida. Un novelón. Moriarti y toda la troup beatnick, hasta el culo de marihuana, recorriéndose los EE.UU de garito en garito escuchando algo que se llamaba Bee Bop.
Yo me decía que aquello no podía estar tan mal, que todo era empezar. Y bueno, sí, me gustó algo pero todavía me faltaba rodaje. Lego ya se sabe, amigos músicos, películas de culto (Los Rebeldes del Swing, La Generación perdida, Bird) y como quien no quiere la cosa acabas con un CD de Miles Davis en las manos y lo flipas con el Take a Five. Cojonudo.
Y precisamente ahora me sale curro en una revista de música moderna. Entrevistas y críticas de grupos sosos de adolescentes con granos en la cara que van de supermodernos. Tenía que ser ahora. Que palo, oiga. A mi en este momento no me apetece escuchar a un tipo rapeando cagándose en su abuela. Qué quiere que le diga, nos hacemos mayores. Me parecen mucho más irreverentes los sombreros de Thelonius Monk, que además los sacaba en plenos 40 con toda la basca de KKK quemando cruces por las esquinas. O el mismo Bird en París diciendo que se quedaba allí, que los yuesei son una mierda si eres negro y que vive le France.
A ver cómo acaba todo esto, pero ya me veo cualquier día de estos en Vitoria-Gasteiz con boina, porque las gafas de pasta ya las tengo. Será cuestión de tomárselo con calma. Nadie es perfecto.

4 comentarios

Jello Biafra -

Pues claro que si, comparto al 100% ese espíritu. Estoy bajandome el Live at The Apollo de James Brown, tengo un doble de Coltrane dispuesto a ser devorado, y en este instante recuerdo como a S. le pasé, hace un añito por ahi, el Root Down de Jimmy Smith. Y todo empezó por un inocente sample en una canción de los Beastie Boys, grupo que me llevó a descubrir a Curtis Mayfield, al que sampleaban en su magnífico "Paul's Boutique".
Pero, oye tu, que gozada fregar los platos con Faith No More, ponerte The Cramps antes de acostarte, recordar que "Rocks Off" es uno de los mejores temas de los Stones pero incomprendiblemente olvidado, o que anoche me dejé los huesos en la primera línea del concierto de unos salvajes llamados Seein' Red.

En el fondo no es madurar, ni renegar, ni nada de eso. Es descubir que hay más mundo todavía. Y en la música negra hay un filón (por algo lo inventaron casi todo en este sentido)

P.D. Yo todavía lloro de emoción cuando escucho la intro acústica de "Battery"

Víctor -

Metallica siempre serán los dioses. Te pueden gustar otras cosas (cosa totalmente recomendable), pero a mi nadie me quitará el éxtasis que me produce escuchar Orion (entre otras, por supuesto).

El autor -

Gracie mile, lo miraré.
Y bueno, la verdad es que alguna vez me pongo Metallica...

Simba El Grande -

Holas :)

Si me permites que te recomiende un libro... El Jazz -de Nueva Orleans a los años ochenta- de Joachim. E. Berendt :)

P.S. Master of puppets por mucho que te guste el jazz, sigue estando ahí :)