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librodearena

El desfile

Dejo escrito mi artículo de hoy. Cuando vuestras mercedes lean esto estaré de camino al sur. No imaginan ustedes el gustazo que da pasar la frontera de Murcia y llegar a Andalucía. Me dirijo a mi Ítaca, el único lugar de este jodido mundo en el que sé quien soy: el nieto de Antonio el de la fragua. Quinientos años, oiga, cinco siglos de muertos de mi familia abonando esa tierra amarilla y pedregosa. Se dice pronto. Desde que don Hernando de Zafra, a la postre secretario de los Reyes Católicos, le dio un pedazo de tierra y una casa a un tal Francisco Muñoz –expropiada a un pobre moro que debió de alucinar con el cambalache y que se ciscaría en el arbol genealógico de los Trástamara per secula seculorum-- con la condición de que no se moviese de allí en treinta años. Y joder si lo cumplió, como que el primero de la saga en darse el piro fue mi viejo.
Bien. Decía que me abro a tierras sureñas: a Granada. Me voy a pasar unos días a la feria de mi pueblo. Toreando vacas, bebiendo cuerva hasta bailar pasodobles y leyéndome “Patente de corso” a ver si se me pega algo.
Pero antes de irme no podía dejar pasar la oportunidad de hablar sobre una cuestión que me quita el sueño. El pobre ZP no ha invitado a los yankis al desfile del 12 de octubre. Horror, pánico, un estremecimiento recorre mi cuerpo. Sabido es que en el pasado desfile de modelos,el entonces candidato a sátrapa nacional no se levantó cuando pasaron los hijos de Bush. Aquello, sin duda, le reportó algún puñado de votos que luego le fueron de perlas. Tal y como estaba –y está—el patio mundial me pareció hasta digno de elogio, oiga. Además, ya teníamos a Mr Ansar arrodillado y practicandole un francés –de los de succión, porque el francés propiamente dicho no estaba para monsergas--al amigo americano.
Así que esta vez no habrá marines en el desfile, vendrán los suodichos franceses (también aquí hay algo de succión, lo cortés no quita lo valiente) para llenar el hueco. A mi siempre me han caído mejor dentro de la hijoputez. Puestos a dar mojadas, por lo menos tienen estilo y te venden la moto aquella de liberté, egalité, fraternité. Que siempre se agradece cuando te la están endiñando, mire usted. Pero vamos, volviendo al séptimo de caballería, a mi como si se la machacan, que bastante desfile tienen cada día en Bagdad como para no pasarse por el arco del triunfo a la cabra de la legión.
Pero claro, la reacción pone el grito en el cielo. No olvidemos que el caudillo duró lo que duró por darle la bienvenida a Mr Marshall recitando aquello de: “americanos, os recibimos con alegría, viva el salero, viva mi madre y viva mi tía” o como coño fuese aquel sarao. Y claro, los hijos de la gran… tecnocracia opusdeiana son tan agradecidos como bien nacidos (por la pasta, se entiende; que a sus señoras madres no he tenido el gusto).
Miren ustedes, que vengan o no los yuesei no pasa de ser algo folklórico. Puede dormir en paz la reacción. Al final Bono se bajará los pantalones, se untará bien el ojete de vaselina y volverá a mandar a los tercios a Irak. Que ya lo ha dicho el buen hombre. Y si por casualidad gana Kerry (peste bubónica o peste negra; ahí está el matiz), y mandan al tejano a cultivar nabos a Nashville , mejor que mejor. Entonces ya serán todos los que se pongan en pompa y empecen a restregarse en la bragueta del nuevo emperador como perras en celo. Y pelillos a la mar. Que no se diga que los españoles somos rencorosos. Como las parejas de novios: que no, tonto, que te lo decía en broma, dame un beso.
Lo dicho, vaselina.

1 comentario

Mauricio -

Que te la pases bien chido alla en el viaje que haces a tu tierra. Me cuentas TODOS los detalles cuando tengas tiempo... pues veo que te la estas tomando larga..
recibe un fuerte abrazo