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librodearena

Día nacional

Acabé bailando el Fari. Lo juro. Aquello de vaya torito, ay torito guapo, tiene cojines, pero va descalzo. De escándalo, oiga. Claro que el que escribe estaba hasta la bandera de gintonics y se había metido no se cuanta cuerva entre pecho y espalda.
De regreso de Capetovetonia. Llego a Cataluñalandia el día de la fiesta nacional patria, de la raza, y olé. Doce de octubre, doce, pasado la mayor parte en el asiento trasero de un coche con un dolor de pierna que pa que te voy a contar. No tengo ni flores de cómo ha ido el desfile ni de si Llamazares al final se ha dejado de gilipolleces y ha ido, aunque sea sólo para hacer el paripé –que dicho sea de paso lo hace como los ángeles--.
A mi esto de los desfiles que quieren que les diga, ni fu ni fa. Lo encuentro estético por lo de los tanques, la cabra de la legión y los aviones pintando en el cielo la enseña patria. Bonito es, no me jodan, pero ya es que no sabe uno que celebra. Porque a ver qué coño se celebra el día 12. Me dirá algún avispado, verbigracia, que lo de la hispanidad y que Colón, que ni era español ni gracia que le hacíamos, se tropezó con América de potra, como cuando aciertas la bonoloto. Si fuéramos franceses celebraríamos que el pueblo se cepilló a la guardia de la Bastilla y se los puso de corbata a Luís XVI. Si estuviéramos en los yuesei nos pondriamos hasta el ojete de confeti celebrando que les dimos pal pelo a los británicos a base de cojones y muy mala leche. Pero aquí ya me dirán ustedes qué coño celebramos. Lo del dos de mayo me toca más la fibra sensible. Puestos a celebrar podríamos recordar cuando los chulapos de Madrid dijeron que hasta aquí hemos llegado, que alosanfandelapatrí tu puta madre, y empalmando las de Albacete se lanzaron a darles pal pelo a los gabachos. Por cafres y por meterseen corral ajeno.
Aquí antes se celebraba de otra manera. Los republicanos el 14 de abril y los nacionales el 18 de julio. Eran días de fiesta en los que nos acordábamos de algo que nos salió bien, por una vez. Pero ahora esto está como descafeinado. Joder, si hasta aparece el molt honorable salundando a los tercios .Esto ya no es lo que era. Eso sí, luego tendremos tiempo de vitorear el 11 de septiembre y el día de la patria vasca, que ni sé cuando es ni puta falta que me hace.
Yo por mi parte tuve mi día de afirmación nacional el pasado viernes. Tras una barrera de troncos a escasos centímetros de un bicho con dos cuernos como dos catedrales. Allí, bebiendo cuerva hasta decir basta, mientras mi compadre Charlie me contaba como se había levantado a una maestra del pueblo. No veas qué loba, hasta las tantas me tuvo dándole que te pego, decía el gachón. Y yo allí con mi camiseta taurina, observando los getos de la gente que bien podría haber pintado don Francisco de Goya hace doscientos años. Y en esto que la banda toca un pasodoble, Francisco Alegre corasón mío. La peña por las barreras dándose la paz y arrimándose para bailarlo como Dios manda. Dos zagales de no más de diez años, pero con unos cojones más grandes que los del caballo de Espartero, corriendo delante de la vaca. Y yo allí, callado como un pasmarote pero feliz. Viendo a mi gente disfrutar. Sin reivindicaciones inventadas, sin mercachifles marcando el paso,sin subirse a trenes baratos ni pintando motos de verde. Unicamente mi gente allí disfrutando y agarrando una tajada como un castillo. Qué nivel, Maribel. Y sin poder remediarlo yo con una sonrisa grande como el sombrero de un picador

2 comentarios

El autor -

Dice Raul del Pozo que españa es una vieja matrona con un laurel en la mano, un león acostado y un borbón reinando sobre un país de abanicos a las 5 de la tarde.
a mi tampoco me gusta esa españa de charanga y pandereta. No me gusta, pero eso no es España. Es mucho más. Y lo sabes, querido. Sabes lo que es la España de ortega, de Machado y de tantos otros. Así que no me vengas con monsergas y no vendas motos, Ricard, que puestos a provincianos no hay quien gane a los nazionalistas...

ricard -

Qué bonito leerte, cuántos recuerdos vuelven a mi mente al leer esta mezcolanza de militares y alcohol (beber de todo fue lo único que aprendí defendiendo a España hace ya demasiados años). Está bien, para que veas que no únicamente los "aldeanos" que pretendemos hablar catalán en Estrasburgo somos capaces de montar el número. Porque los de la Leclerq, la División Azul, el Borbón y familia, la cabra de la legión, Zapatero, Maragall entre Esperanza y Gallardón, y no sé que más. Vaya numerito! Viva Bono! Gracias a él no olvidaremos nunca porque no nos gusta España.