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Vergüenza

Vergüenza Se levanta uno tan ricamente, descansado y con ganas de echarse algo al estómago. Se va a l ordenador y algo de lo que lee en la pantalla le repatea el fundamento de su tranquila vida pequeñoburguesa. Resulta que 1.400 millones de seres humanos viven con menos de 2 dólares al día. Osea, que la mitad de los trabajadores del mundo intentan mantener a sus familias con menos de lo que muchos nos gastamos en tabaco. Lamentable. El que escribe no sabe por que no se le cae la cara de vergüenza a todo cristo cuando lee cosas como esta. Y lo peor de todo es que la cosa no va a mejorar, no crean ustedes. Para el 2015 parece que el número de personas que malviven con tan insignificante cantidad habrá ido en aumento.
Con este panorama apocalíptico a lo mejor se creen ustedes que los pobrecitos negros del África se van a quedar pasándolas putas sin abrir la boca. Luego, cuando la líen, cuando nos digan que por aquí, que pase hambre tu puta madre, a nosotros se nos pondra el culito del tamaño del de un bebé. Pero que nadie se vaya a rasgar las vestiduras, porque se ha avisado y requeteavisado del asunto.
Antiguamente los pobres creían en recetas milagrosas. Montaban un estado socialista y se estaban tranquilos unos años, tan ricamente. Los yuesei se dedicaban a sabotearlos y la antigua URSS les compraba el algodón, las bananas o el azucar a precio de oro—por aquello de la solidaridad entre pueblos—. ¿Pero ahora qué? Uno no se imagina—a estas alturas—a nadie creando una nueva Unión Soviética. Algo ha cambiado en la mentalidad de la gente de todo el mundo en los últimos veinte años. Un camerunés, un angoleño o un afgano no quiere desfiles el primero de mayo, ni conducir un Travant ni compartir piso con cinco familias más. Lo que realmente quieren es vivir como nosotros. Por eso, día sí, día también, cruzan los estrechos de medio mundo para ganarse un puñado de dólares/euros. Para comprarse un buga, una tele panorámica y llevarse a la parienta a un restaurante el sábado por la noche. Para pegarse unas vacaciones en Benidorm, montarle a la Jenni un banquete de comunión—o lo que hagan los musulmanes—de la hostia, y poder ver por satélite los partidos del Kabul FC. ¿O si no de qué?
Así que o empezamos a exportar el estilo de vida europeo—el americano, al final, es una mierda y crea aún más pobres que otra cosa—, con su estado del bienestar, su democracia y sus historias, o a tomar por culo la bicicleta. ¿O se iban a estar ustedes quietecitos pasando más hambre que un perro?

1 comentario

Principito -

Tú haces más que yo para evitar esa trágica situación? Conciencias tranquilas!! Ayyy tremendas hipocresías gestan los efluvios de los buenos manjares...