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librodearena

El río

A veces uno se arrepiente de tener la bocaza que tiene y de decir según qué cosas en determinados momentos. Ayer, por un instante, sentí haber sido un bocazas. Duró poco, lo confieso, apenas unos minutos, pero enseguida vino a mi mente una cosa que me dijo mi señor padre cuando era chinorri: “Sergito, no te dejes nunca pisar por nadie”. A lo mejor lo inteligente hubiese sido callar y tragar, pero nunca he comulgado con ruedas de molino. Decía Emiliano Zapata—y posteriormente Ernesto Guevara—que prefería morir de pie que vivir de rodillas. Y ya se sabe, siempre ha personas que prefieren vivir de rodillas, aunque al final acaban palmando igual y encima con la cabeza gacha. Otros pensamos que en un determinado momento uno tiene que demostrar que se viste por los pies, más que nada por lo de la dignidad y esas cosas tan pasadas de moda.
Aquí me tienen ustedes, cateado con un 4,5 por una profesora que corregía en función de unos nombres aparecidos en una lista negra. ¿Callar? ¿Otorgar? Pues como que no. De todas formas esta vida pone a todo el mundo en su sitio a su debido tiempo, y me consta que según qué acciones aceleran ese tiempo tan intangible. Ya lo decía un proverbio chino, “sientate ea la orilla del río a esperar y verás pasar el cadaver de tu enemigo”. Así que aquí estoy a la orilla de ese río—no sin antes haber acelerado su curso—esperando ver cómo pasa ése cadáver.

2 comentarios

manu -

Arrieros somos!!!

Chorche -

Aupa Sergio...a por ellos que son pocos y cobardes....Cantar, y no callar