Manifiesto II
En otros tiempos hablaría de ruido de sables, pero en estos cabe hablar de algarada o algo asín. Desde que salió el manifiesto en cuestión han sido muchos los que se han decantado por el silencio, otros por la descalificación, los más por la expectativa. Dicen en los medios afines al nacional-socialismo que los abajofirmantes -los del manifiesto, se entiende- son tal o cual. Que si una panda de pijos, que si unos vividores, etc. Lo cierto es que entre la mediocridad intelectual de este oasis catalán pocos son los que pueden tratarse de tú a tú con alguno de los revoltosos. Lo que pasa es que está muy mal visto decir algunas cosas en este país de ensueño en el que nunca pasa nada ,todos hablamos catalán, vivimos con un ay en el cuerpo cuando dimite un directivo del Barsa y sentimos un orgasmo cada vez que vemos nuestra selección -fallida- de Hockey. O eso o somos fascistas, españolistas, ilustres hijos de Frasquito y su rojigualda ornitófila. Por eso mismo a muchos se les atraganta que gentes ilustradas, democráticas -pero de verdad- y desvinculadas del nacional-catolicismo digan que esto de los últimos 25 años ha sido una casa de putas. Y como buena casa de lenocinio todo aquí es irreal y sólo sale adelante a base de sablearnos la pasta por las buenas. Nadie dice que lo que se gastaron en el Forum podría habr tapado el agujero de la sanidad privada, cosa que, por otra parte, hubiese servido para evitarnos el maldito impuesto sobre los combustibles. Claro, luego sale el conseller de turno diciendo que en Madrid nos quieren mal. Fíjense ustedes, dice, cómo desde las Españas nos quitan la manduca para su uso y disfrute, hay que ver lo malditos que son estos españoles. Y todo eso después de gastarse una pasta en una policía autonómica que no hacía puta la falta, unos canales autonómicos que ya me dirán ustedes para qué sirven si no para crear símbolos nacionales artificiales, y una política linguística parecida al apartheid sudafricano de los 80 qúe no deja de solapar pasta pública para que etiqueten en catalán las anchoas de L'Escala. Resumiendo, un cachondeo. Y luego algunos montan en cólera porque unos señores con dos dedos de frente dicen que de qué. A ver si de una puta vez nos damos cuenta de que de progresista tiene poco el estar hablando siempre de la patria y echarle la culpa de todo al de fuera. Ya incluso tenemos hasta un señor bajito y con bigote... Qué mal rollo.
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Joan -
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