Liberales
Se habrán fijado ustedes, sobre todo si son asiduos al blogeo, que muchas de las bitácoras que aparecen por estos mundos cibernéticos son de personas que se califican de liberales. Ya he tratado el tema en esta página, pero considero que el tema en cuestión es harto interesante.
Pues bien, ante la ofensiva laicista y bochevique que asola el solar hispano muchos se han puesto manos a la obra y han cargado las tintas. Cosa que tampoco resultaría del todo dañina si los personajes en custión fueran o fuesen liberales de verdad. Aquí lo que pasa es que desde que aquel señor de bigote enarboló la bandera del liberalismo en este país salen liberales de debajo de las piedras. Resumiendo, que sin ánimo de generalizar, se podría decir que la mayoría de quienes se consideran liberales siguen siendo los mismos conservadores y derechones de toda la vida. La misma gente de la CEDA y los tecnócratas que arrinconaron a la poca gente con sensibilidad social del franquismo.
Desde sus bitácorasrespetabilísimas por otra partelanzan consignas a favor de la democracia, de la libertad y todo eso. Bueno, habría que ver qué tipo de libertad es la que pregonan. La libertad de la ley de la selva, la libertad del búscate la vida y de la economía desregularizada. Pero la libertad sólo en lo económico, porque no se planteansalvo excepciones muy marginalesun anarquismo integral. La libertad del dinero, la economía como fin y no como medio, que manda narices.
Porque de la dignidad humana se habla poco. De los derechos de una persona a tener garantizados unos mínimos casi nada. El wellfare state a tomar por saco en nombre de una economía de mercado salvaje incapaz de solventar la exclusión social y la marginalidad. Si quieres seguridad social te la pagas tú, como en los yuesei. Y así les va.
No pienso hacer antiamericanismo barato, pero tampoco me gustaría vivir allí y pagarme el dentista, la universidad, el seguro médico y trabajar echando más horas que un reloj. Y si te pica te rascas. Han pasado muchas cosas desde que en el siglo XIX unos señores empezaran a plantearse que el Estado era algo más que una maquina de represión. La concepción del Estado como árbitro y como garante de los derechos de sus ciudadanos no puede relegarse al olvido así como así.
No sé ellos, pero muchos de los que escribimos casi a diario por estos mundos no hubiésemos tenido la oportunidad de tener una educación universitaria en según qué países. Aunque pensándolo mejor posiblemente sea eso lo que putea a más de uno.
Pues bien, ante la ofensiva laicista y bochevique que asola el solar hispano muchos se han puesto manos a la obra y han cargado las tintas. Cosa que tampoco resultaría del todo dañina si los personajes en custión fueran o fuesen liberales de verdad. Aquí lo que pasa es que desde que aquel señor de bigote enarboló la bandera del liberalismo en este país salen liberales de debajo de las piedras. Resumiendo, que sin ánimo de generalizar, se podría decir que la mayoría de quienes se consideran liberales siguen siendo los mismos conservadores y derechones de toda la vida. La misma gente de la CEDA y los tecnócratas que arrinconaron a la poca gente con sensibilidad social del franquismo.
Desde sus bitácorasrespetabilísimas por otra partelanzan consignas a favor de la democracia, de la libertad y todo eso. Bueno, habría que ver qué tipo de libertad es la que pregonan. La libertad de la ley de la selva, la libertad del búscate la vida y de la economía desregularizada. Pero la libertad sólo en lo económico, porque no se planteansalvo excepciones muy marginalesun anarquismo integral. La libertad del dinero, la economía como fin y no como medio, que manda narices.
Porque de la dignidad humana se habla poco. De los derechos de una persona a tener garantizados unos mínimos casi nada. El wellfare state a tomar por saco en nombre de una economía de mercado salvaje incapaz de solventar la exclusión social y la marginalidad. Si quieres seguridad social te la pagas tú, como en los yuesei. Y así les va.
No pienso hacer antiamericanismo barato, pero tampoco me gustaría vivir allí y pagarme el dentista, la universidad, el seguro médico y trabajar echando más horas que un reloj. Y si te pica te rascas. Han pasado muchas cosas desde que en el siglo XIX unos señores empezaran a plantearse que el Estado era algo más que una maquina de represión. La concepción del Estado como árbitro y como garante de los derechos de sus ciudadanos no puede relegarse al olvido así como así.
No sé ellos, pero muchos de los que escribimos casi a diario por estos mundos no hubiésemos tenido la oportunidad de tener una educación universitaria en según qué países. Aunque pensándolo mejor posiblemente sea eso lo que putea a más de uno.
3 comentarios
el autor -
Kali -
I Fought The Law -