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Helen Thomas

Helen Thomas

A veces me dan ganas de mandarlo todo al garete y dedicarme a otra cosa. No es oro todo lo que reluce. Esta profesión, la mayor parte de las veces, se reduce a la actividad de un grupo de mediocres transcribiendo las declaraciones de otro grupo de mediocres. De todas formas, de vez en cuando, encuentro un ejemplo de lo que es el verdadero periodismo y me digo a mí mismo que a lo mejor merece la pena.

Transcribo una entrevista a Helen Thomas publicada en periodistadigital.com.

—¿Bush es el peor de los presidentes que le tocó cubrir?

—Empezar una guerra contra un país que no nos hizo nada es una de las peores cosas que puede hacer un presidente. Abusar del poder para beneficio propio, desatando un escándalo de corrupción como Watergate, también.

—O sea que Bush y Richard Nixon fueron los peores...

—Sí. Al menos, Bush todavía tiene margen para mejorar. Le quedan dos años de gobierno.

—¿Le tiene fe todavía?

—No (ríe). A menos que dé un giro de 180 grados y diga "cometí un error gravísimo, replegaremos las tropas". Pero no creo.

—Ahora llueven las críticas pero hace dos años fue reelecto y la realidad era la misma. ¿Por qué ese cambio?

—La gente se despertó, simplemente. Y vio que nada de lo que había prometido se cumplió.

—Usted acusó a sus colegas, de ayudar a que la gente durmiera mientras se preparaba la invasión a Irak.

—Los periodistas defraudaron al país. Nuestra arma es el escepticismo. Observar y hacer preguntas. Y cuando algo no huele bien, deberíamos ser los primeros en alertar al público. Pero después del 11-S tenían miedo de que se les cuestionara el patriotismo. Recién ahora están saliendo del coma.

—¿Kennedy fue su presidente favorito?

-Fue un visionario. Motivó a los jóvenes a sumarse a la función pública. Apoyó la cultura, la educación. Miraba hacia el futuro. Tuvo la idea de llevar el hombre a la luna.

—Usted dijo que las conferencias de prensa son una institución fundamental de la democracia. Algunos presidentes, como el argentino, dicen que prefieren hablarle directo a la gente, sin intermediarios.

—(Ríe.) Claro, así habla sólo de las cosas buenas de su gobierno. Seguro tiene miedo de responder sobre asuntos más oscuros. Los periodistas no somos intermediarios, somos interrogadores. En la democracia, los presidentes deben responder las preguntas de los periodistas.

—Usted le preguntó a Bush por la razón real para invadir Irak. Y le prohibieron preguntar. ¿Qué pregunta tiene preparada para cuando le levanten la suspensión?

—La misma. No me lo respondió. La gente sigue muriendo y aún no sabemos de verdad.

 

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