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Anacronismo

Cita mi amigo Chorche –que a parte de ser un poco nacionalista aragonés es un tio muy majo- en su blog interesantes líneas de Eduardo Galeano. Poéticas y muy bonitas, con un toque entre cursi y políticamente correcto que tira para atrás. Sí sí, es verdad eso de que los indios estaban en América antes que los europeos, que eran la hostia bendita y que vivían de puta madre hasta que llegaron los piojosos de los españoles y les dieron matarile, rile, la. En fin, que ya se sabe, que esto del 12 de octubre –porque supongo que por ahí irán los tiros- es un ultraje y encima salen los lejías haciendo yonging, o como coño se escriba, con un par de cabras que estarían la mar de a gusto en cualquier cerro.
La verdad es que lo más lógico, a base de que te machaquen con la misma cantinela, es tragartela doblada y creer a pies juntillas toda la retahíla de tópicos. Aquí un servidor se encuentra entre los que comulgaron con ruedas de molino, no se vayan ustedes a pensar. Pero el caso es que en la facultad tuve un profesor de Historia Moderna que nos dijo un par de cosas y nos dejó con la mosca detrás de la oreja hace ya unos años. Un tipo encantador y nada sospechoso –porque a estas alturas hay que aclarar el DNI del mencionado profesor- de inclinaciones “españolistas” del tiempo del señor bajito con bigote. El caso es que aquel buen hombre nos explicó que juzgar la Historia con los ojos del presente es una gilipollez como un castillo. Porque a ver de qué un extremeño analfabeto, más bruto que un arado y que se quitaba el hambre a guantazos iba a llegar a América y cuando se encontrara con un indio se iba a poner a pensar en los Derechos Humanos, más que nada porque aún faltaban un porrón de años para que alguien se planteara el asunto. Pues eso, que no, que eso se llama anacronismo y no lo hacen los historiadores con dos dedos de frente Además, que tampoco aquello era un jardín de rosas-y ahora soy yo el que comete el susodicho anacronismo-. Por ejemplo, cuando llega Colón a América se encuentra a los indios tahínos acojonados vivos por causa de los caribes, que eran unos cafres del quince y además se comían a la peña para desayunar. Cuando Hernán Cortés desembarca en Méjico con 500 tíos más cafres que un pitbull en una discoteca, se encuentra con que los nativos lo reciben con los brazos abiertos y le bailan el agua para ver si los libra de los más cafres todavía de los aztecas que, dicho sea de paso, montaban unas escabechinas a costa de sus vasallos que para qué les voy a contar. Y ya, si nos ponemos estupendos, el salvaje de Francisco Pizarro, que era un pájaro de cuidado, alucinó en tecnicolor con el chollo que tenían montados los incas en las minas de Potosí, llamado -el chiringuito este- la Mitra, y que era uno de los sistemas esclavistas más sanguinarios y crueles que han visto los tiempos. ahí es nada.
Todo esto no quiere decir que los españoles, los portugueses y los ingleses fueran unos benditos, de eso nada. Los europeos que fueron a las Américas eran – en su mayoría y con honrosas excepciones- unos aventureros sin escrúpulos que arramblaban con todo lo que se les ponía a tiro. Pero de ahí a decir que unos eran unos ángeles inmaculados y los otros unos malditos con cuernos dista un abismo. Al fin y al cabo todos eran seres humanos y tanto unos como otros eran expertos en darle matarile al vecino, robarle el pan y cepillarse a su señora.

1 comentario

Chorche -

Está bien esto de que tu inspiración se base en los colegas, como yo, o el ifought jejeje