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Guerra de monigotes

Guerra de monigotes  

Lo que se ha venido en llamar “la crisis de las caricaturas” está tomando visos de tragedia griega. El día de ayer fue prolífico en declaraciones y debates varios en los que siempre estaba el musulmán o el arabista de rigor. De todo lo que escuché y leí ayer me quedo con las declaraciones de un musulmán: el periodista marroqiuí Alí Lmrabet. El susodicho dijo algo tan simple como que “los musulmanes tenemos que aprender que igual que a nosotros no nos gustan que nos digan cómo tenemos que pensar o vivir, a Occidente tampoco le gusta que le digan cómo tiene que pensar o virir”. De perogrullo. Desde estas líneas siempre he defendido que si en algunos -y recalco el algunos- países musulmanes quieren vivir en la Edad Media, pues con su pan se lo coman. Nosotros, Occidente, no somos nadie para decirles o dejarles de decir que su estilo de vida es premoderno; aunque lo sea.

Ni invadir Irak fue, a tenor de las consecuencias, una buena idea, ni tampoco lo es la campaña de democratización forzosa que allí se lleva a cabo. Hasta que ellos mismos no se den cuenta de lo bien que les sentaría un repasito democrático, allí no tenemos nada que hacer. No se improvisan 300 años en unos meses en plan cursillo intensivo.

Otra cosa es la chorrada supina de Zapatero con Erdogan en plan coleguitas de civilizaciones. Ni los propios expertos aprueban el término “alianza” ni lo que ello conlleva. En todo caso “respeto” entre civilizaciones y va que chuta. Un respeto que, dicho sea de paso, debe ir en las dos sentidos y del que el señor Zapatero se inhibe cuando las chanzas y las burlas se hacen contra la Iglesia Católica -a la que me parece estupendo que se satirice después de dos mil años de dar la brasa-. Se podrá decir que las caricaturas sobre Mahoma se pasan, son poco sutiles, etc, pero se han hecho amparándose en la tan manida libertad de expresión. Si esas viñetas incurren en la injuria, en la calumnia o lesionan el derecho al honor de los musulmanes, ahí están los juzgados. Y si no, como ya he dicho en otra ocasión, dos piedras.

Ahora parece que la guerra de las viñetas, después de dejar 6 muertos, se traslada de nuevo al papel de los diarios. En Irán ya anuncian una campaña de caricaturas burlándose del holocausto judío. Conociendo como conozco un poco a los hebreos, me da en la nariz que las repercusiones pueden ser un poquito chungas. Vamos, que no sería la primera vez que dos cazas israelíes en vuelo bajo bombardean una central nuclear en Oriente Medio. Pero bueno, allá ellos. De todas formas, si los iraníes publican las viñetas sobre los judíos, aceptan implícitamente que se publiquen otras sobre su profeta. Y en ese caso nos podríamos haber evitado 6 cadáveres, quema de banderas, asaltos a embajadas y todo el resto de la chirigota.

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