Hasta los güevos
Nunca he pretendido en esta página hacer un estriptis de mi vida personal e intransferible. No me van esos blogs de hoy Pepito me ha dicho que me quiere, o la existencia y las tormentas aumentan mi sentido metacarpiano de la vida. Vamos, que no.
Respeto mucho a cada cual y cada uno que aguante su velaque para eso están las susodichas--. El arriba firmante se dedica a opinar libremente y alguna que otra vez les cuenta a ustedes alguna historieta o alguna movida como la de las batallitas y las mujeres, o chorradas por el estilo.
Dicho esto les digo que el día de hoy ha sido uno de los más hijos de puta de mis 29 primaveras. Ahí queda eso. Día jodido y miserable en el que el arriba firmante se tenía que haber quedado en la cama y liarse a guantazos con el primero que llegase a tocarle los cojones. No es un tema de cama o de mujeres, no se monten ustedes películas porque no va por ahí la cosa.
Lo bueno de estos casos es que uno se pone a darle al coco. A darse cuenta de lo miserable que es nuestra existencia y de lo gilipollas que somos. Aquí pasando las horas discutiendo de naciones, de identidades y de mariconadas. Y esta vida, que es muy hija de puta, te da la vuelta en un tris y te dice que sí, chavalote, que sí. Les cuento esto porque yo en psicólogos menos que un ciego en tebeos. A mi lo que me va es darle a la tecla y cagarme en los muertos más frescos del que se ponga a tiro, que en este caso es la vida misma.
Les decía que la conclusión es la de que somos gilipollas. Nos pasamos la vida mareando la perdiz sin quedarnos con la copla hasta que ya es tarde y te meten en el hoyo. Capullos capaces de deprimirnos porque nos ha dejado Maripili o porque no tengo un cuerpo danone como la rubia del quinto. Penoso. Patético. Los políticos discutiendo entre ellos y nosotros haciéndoles caso como a profetas cuando lo que debería hacer la peña es decirles que les va a votar su puta madre. Gente que se imagina problemas, que se monta películas y se deprime. Qué gracia me hace a mí esto de deprimirse. Nos deprimimos en occidente, porque en el resto del jodido mundo la peña está ocupada sobreviviendo un día más como para deprimirse. Mucho Prozac y mucha gaita y todos deprimidos frente a nuestra pantalla de plasma y nuestro DVD con dolby sorrund de mierda. A nuestros antepasados se los llevaron a guerras absurdas, pasaron hambres, pestes, y sabe Dios que más y no se deprimieron ni tuvieron que ir al psicólogo.
Esta puta sociedad de mierda que nos alienay no van los tiros por el rollo marxistay nos convierte en peleles que intentamos vivir como en Melrose Place, que tiene cojones la cosa. Niños con la gorrita de beisbol enbganchados a la play y niñas a las que les regalan muñecas con pinta de zorrones que tiran para atrás. Una panda de zombis es en lo que nos están convirtiendo. Comprate este coche, pepito, que vas a follar como el Brat Pitt. Apúntate al gimnasio Maripili, que con ese culo te vas a quedar para vestir santos. Y esta mierda de word que me subraya en rojo todos los tacos que suelto. Pues que se joda. Son palabras del diccionario de la RAE y ningún meapilas americano me va a decir cómo coño escribo en mi idioma.
Aquí el arriba firmante no tiene ni la menor idea de cómo se va a acabar este tinglado, pero se tiene que acabar. O él o nosotros, compadres, ténganlo ustedes claro.
Respeto mucho a cada cual y cada uno que aguante su velaque para eso están las susodichas--. El arriba firmante se dedica a opinar libremente y alguna que otra vez les cuenta a ustedes alguna historieta o alguna movida como la de las batallitas y las mujeres, o chorradas por el estilo.
Dicho esto les digo que el día de hoy ha sido uno de los más hijos de puta de mis 29 primaveras. Ahí queda eso. Día jodido y miserable en el que el arriba firmante se tenía que haber quedado en la cama y liarse a guantazos con el primero que llegase a tocarle los cojones. No es un tema de cama o de mujeres, no se monten ustedes películas porque no va por ahí la cosa.
Lo bueno de estos casos es que uno se pone a darle al coco. A darse cuenta de lo miserable que es nuestra existencia y de lo gilipollas que somos. Aquí pasando las horas discutiendo de naciones, de identidades y de mariconadas. Y esta vida, que es muy hija de puta, te da la vuelta en un tris y te dice que sí, chavalote, que sí. Les cuento esto porque yo en psicólogos menos que un ciego en tebeos. A mi lo que me va es darle a la tecla y cagarme en los muertos más frescos del que se ponga a tiro, que en este caso es la vida misma.
Les decía que la conclusión es la de que somos gilipollas. Nos pasamos la vida mareando la perdiz sin quedarnos con la copla hasta que ya es tarde y te meten en el hoyo. Capullos capaces de deprimirnos porque nos ha dejado Maripili o porque no tengo un cuerpo danone como la rubia del quinto. Penoso. Patético. Los políticos discutiendo entre ellos y nosotros haciéndoles caso como a profetas cuando lo que debería hacer la peña es decirles que les va a votar su puta madre. Gente que se imagina problemas, que se monta películas y se deprime. Qué gracia me hace a mí esto de deprimirse. Nos deprimimos en occidente, porque en el resto del jodido mundo la peña está ocupada sobreviviendo un día más como para deprimirse. Mucho Prozac y mucha gaita y todos deprimidos frente a nuestra pantalla de plasma y nuestro DVD con dolby sorrund de mierda. A nuestros antepasados se los llevaron a guerras absurdas, pasaron hambres, pestes, y sabe Dios que más y no se deprimieron ni tuvieron que ir al psicólogo.
Esta puta sociedad de mierda que nos alienay no van los tiros por el rollo marxistay nos convierte en peleles que intentamos vivir como en Melrose Place, que tiene cojones la cosa. Niños con la gorrita de beisbol enbganchados a la play y niñas a las que les regalan muñecas con pinta de zorrones que tiran para atrás. Una panda de zombis es en lo que nos están convirtiendo. Comprate este coche, pepito, que vas a follar como el Brat Pitt. Apúntate al gimnasio Maripili, que con ese culo te vas a quedar para vestir santos. Y esta mierda de word que me subraya en rojo todos los tacos que suelto. Pues que se joda. Son palabras del diccionario de la RAE y ningún meapilas americano me va a decir cómo coño escribo en mi idioma.
Aquí el arriba firmante no tiene ni la menor idea de cómo se va a acabar este tinglado, pero se tiene que acabar. O él o nosotros, compadres, ténganlo ustedes claro.
5 comentarios
El primo -
¿Qué podemos hacer?Y lo más importante:¿Tenemos huevos para hacerlo?.Si no, a seguir hasta los güevos.
El autor -
Biafra -
"Las depresiones son para la clase media" (Robert Carlyle en "Riff-Raff")
Biafra -
"Actuemos con el pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad"
Las dos, de San Antonio Gramsci
barri -