Blogia

librodearena

Infromativo dragoniano

Infromativo dragoniano

El verano pasado estuve en Madrid. Me encanta esa ciudad, su historia, sus monumentos, su gente y su cultura. Debe ser que tengo algo de complejo mesetario. El caso es que me pasó algo curiso, el día que tenía que coger el avión, a eso de las 4 o las 5 de la tarde, vi en un programa de Cuatro una entrevista a Sánchez Dragó. A priori siempre me había parecido un tipo bastante pedante. De todas forma, reconozco que más de una vez me chupé enterito el programa de Blanco sobre Negro que dirigía en la 2.

Decía que me topé con Dragó en un programa de estos triviales de sobremesa. Escuché lo que dijo el escritor y me pareció harto interesante. Resulta que estaba de promoción de su última novela. La trama giraba en torno a su padre, fusilado por los “nacionales” a finales de 1936. Me sorprendió lo que dijo Dragó acerca de la tragedia colectiva que se vivió durante la Guerra Civil. Sobre todo, me impactó algo que dijo y que luego leí en el libro: “lamento profundamente haber nacido español”. El escritor narraba, seguidamente, el calvario que tuvo que pasar su padre y lo absurdo de su muerte, ya que se trataba de un moderado del partido de Maura; es decir, un moderado de derechas. Dragó no cargaba contra nadie salvo contra nuestro propio cainismo, y eso me gusto. Desde hace tiempo he dejado de creer en los maniqueismos y en las interpretaciones de blanco y negro.

Pues bien, al hilo de lo que decía al principio, al día siguiente me encontraba en el Retiro. Por pura casualidad se celebraba la Feria del Libro y, ante mi sorpresa, me topé con Dragó firmando libros en una caseta. He de decir que me cayó simpático. “Yo soy Nemo”, le decía a un lector al que le firmaba un ejemplar de Muertes Paraleleas, que así se llama el libro. Yo ya tenái la vaga idea de hacerme con el libro, pero aquella “casulaidad” me decidió a comprárselo al propio autor. Muy amablemente, Dragó me firmó una dedicatoria y conversé un instante con él.

El libro me sorprendió muy gratamente. No había buenos ni malos en el sentido estricto de la palabra. Dragó arremetía por igual contra Franco (Paca la culona) y contra una República que consideraba, cuando menos, ineficaz y algo sectaria. Pese a que su padre había sido fusilado por falangistas de última hora (arribistas sin escrúpulos), Dragó encumbraba la figura de Jose Antonio Primo de Rivera, del que decía que fue el único que podría haber desmontado la masacre. Curioso, cuando menos. Tardé en acabarme el libro, pero siguen rondando por mi cabeza algunas de las afirmaciones del erudito. También me sorprendió la evolución ideológica del autor, muy parecida, con matices, a la de un servidor.

Pues bien, resulta que Dragó, desde hace poco más de un mes, presenta un informativo nocturno en Telemadrid. El estilo recuerda vagamente al que dirige en Cataluña Mónica Terribas, aunque es mucho más ameno y mucho menos localista; un personaje así es poco dado a mirarse el ombligo. Dragó habla de todo menos de fútbol. Se niega a incluir los deportes en su informativo, cosa que le hace ganar puntos. Siempre acude algún literato o artista a su programa,y siempre emite Dragó sentencia sobre la actualidad: sus llamadas "gotas". He de reconocer que me ha enganchado. Gracias a la parabólica no me pierdo su informativo.

Así que ya saben, si tienen ustedes oportunidad no se pierdan al viejo escritor atrincherado tras su atril y sus pequeñas gafas de lectura. Yo ya me considero un incondicional de su programa y, con tiempo y una caña, de sus libros.

Censura

Dice el señor Octavi Martí, representante del diario del Movimiento (también conocido como El País) en Francia, que El Mundo y La Cope mienten insistentetemente. También añade el reputado periodista que en cualquier país decente ya habrían cerrado dichos medios. De lo dicho por este sujeto se deduce que no aguanta muy bien la libertad de expresión. Por cierto, la misma que sus amigos defienden en el caso del asesino De Juana. 

Lo grave es que esto lodice un periodista de un diario en el que sistemáticamente se utiliza la censura. Lo sé, soy del gremio y estas cosas se saben. El señor Martí parece haber olvidado las clases de deontología profesional y aquellas otras sobre la información diligentemente obtenida. También olvida que existe un poder judicial, y que si un medio miente exprofeso se le puede empapelar de lo lindo. Es muy sencillo; sólo tienen que denunciarlo. De momento no ha sucedido nada de esto ni hay ninguna sentencia en firme en contra de El Mundo o la Cope. Así que ya sabe: Roma locuta causa finita.

Por lo demás, el asunto huele a estalinismo barato. Le recuerdo al señor Martí que cuando lo del GAL decían lo mismo 

Libertad de expresión

Libertad de expresión

Me pone literalmente de los nervios la enconada defensa de la libertad de expresión de muchos de mis antiguos compañeros de viaje. No por la defensa en sí, que me parece encomiable en gente que se pasa la vida alabando las maravillas de la Dictadura del Proletariado. No. Lo que me irrita sobremanera es que se acuerden de la libertad de expresión cuando les interesa. Ahora les ha dado con De Juana Chaos.

Pero que nadie olvide que éstos son los mismos que no abren la boca cuando quien está en la cárcel es un disidente cubano que en su vida le ha puesto la mano encima a nadie. El consabido doble rasero que siempre he mencionado. Es lo mismo que le pasó al pobre Solzhenitsyn cuando visitó España durante los últimos estertores del franquismo. Imaginen ustedes, en un país donde las libertades políticas brillaban por su ausencia, donde el Partido Comunista gozaba de un aura beatífica y de resistencia ante el statu quo, el disidente soviético se atrevió a declarar lo siguiente:

¿Saben ustedes lo que es una dictadura? (...) Los españoles son absolutamente libres para residir en cualquier parte y de trasladarse a cualquier lugar de España. Nosotros, los soviéticos, no podemos hacerlo en nuestro país. Estamos amarrados a nuestro lugar de residencia por la propiska (registro policial). Las autoridades deciden si tengo derecho a marcharme a tal o cual población (...)
Los españoles pueden salir libremente de su país para ir al extranjero (...) En nuestro país estamos como encarcelados. Paseando por Madrid y otras ciudades (...) más de una docena, he podido ver en los kioskos los principales periódicos extranjeros. ¡Me pareció increíble! Si en la Unión Soviética se vendiesen libremente periódicos extranjeros se verían inmediatamente docenas y docenas de manos tendidas luchando por procurárselos (...)
También he observado que en España uno puede utilizar libremente las fotocopiadoras (...) Ningún ciudadano de la Unión Soviética podría hacer una cosa así en nuestro país.
En su país (dentro de ciertos límites, es cierto) se toleran las huelgas. En el nuestro, y en los sesenta años de existencia del socialismo, jamás se autorizó una sola huelga. Los que participaron en los movimientos huleguísticos de los primeros años del poder soviético fueron acribillados por ráfagas de ametralladora.(...)
Si nosotros gozásemos de la libertad que ustedes disfrutan aquí, nos quedaríamos boquiabiertos.


Las reacciones de la izquierda no tardaron en llegar. Al bueno de Solzhenitsyn lo pusieron a caer de un burro. Incluso un autor de la innegable talla de Juan Benet declaró que “mientras existan gentes como Alexandr Solzhenitsyn, perdurarán y deben perdurar los campos de concentración. Tal vez deberían estar un poco mejor custodiados”.


Esta es la libertad de expresión que defienden los revolucionarios de salón. Yo les preguntaría, si en tan alta estima tienen este precepto ¿por qué callaron como putas en 1956 cuando los soviéticos se pasaron por el arco del triunfo la libertad de expresión de los húngaros? O ¿por qué no han dicho esta boquita es mía cuando el que estaba enchironado era Norberto Fuentes por pedir el libre acceso a Internet en Cuba? País, por cierto, en el que se sson moneda de cambio las prácticas que denunciaba, hace más de 30 años, Solzhenitsyn (imaginen ustedes un kiosko con sólo 2 periódicos).


Irremediablemente esta gente se pondrá de lado de todo aquel que pretenda llevarse por delante todo lo que no comulgue con sus principios totalitarios y huela a liberalismo. Se trata de un problema que llevan inscrito en su ADN todos los movimientos totalitarios: la libertad individual queda siempre supeditada a la del grupo, entendido éste como el Estado (nacional, socialista o ambos). Los fascismos de toda índole niegan la posibilidad de la búsqueda individual de la felicidad, ya que el individuo tiene que estar sometido a un principio rector superior a él mismo. Es lo que pasa con De Juana y sus amigos; no entienden la vida sin un objetivo último, llámese éste revolución o Estado racista.


Por todo ello me parece grotesco que ahora se pongan a defender una libertad de expresión que han pisado sistemáticamente siempre que han tenido ocasión.

Sobre progres y romanos

Sobre progres y romanos

En eso que estaba anteayer viendo el programa de Jesús Quintero --con la entrevista a Chiquito de Teruel y todo eso-- cuando el tipo empieza a entrevistar a un cantautor pelma de esos que eran famosos en los años 70. Parecía buena gente, eso sí. La entrevista no me decepcionó; un mitín soporífero que mezclaba a partes iguales Teología de la Liberación (Jesús era un revolucionario, etc) y proclamas panfletarias. Se ve que el amigo en cuestión compuso el himno del Frente Sandinista, con eso lo digo todo.

Bueno, nada nuevo bajo el Sol, más de lo mismo, buenismo concentrado y todos semos hermanos y tal vez primos. El caso es que en un momento, el sujeto se puso a cantar, en compañía de otro (un pijo sevillano, para más INRI), una versión suigeneris del Credo. Como ateo practicante desconozco gran parte de la liturgia católica, pero aquello me sonó a murga y a chirigota más que a oración. Lo gracioso es que la canción, en plan creo en Dios, arquitecto, ingeniero, etc, etc (la que cantaba Elsa Baeza, creo recordar) en un momento dice algo así como que Jesús se opuso al "imperialismo romano". Primera reacción: descojone.

Vamos a ver, la cancioncita de marras incurre en una serie de errores. A saber, que algunos no tienen ni pajolera idea del proceso legal seguido contra Jesús de Nazaret, cruzificado por Blasfemo, condenado por el Sanedrín y ejecutado, eso sí, por los romanos, que eran los únicos que tenían potestad en la Palestina de la época para pelar gente. Lo otro tiene miga. Así, por las buenas, se compara el imperialismo romano con el yanke --porque iba de eso el asunto--, que es el imperialimo con mayúsculas. O sea, que los romanos eran gentuza, igual que los sobrinos del Tio Sam, y se dedicaban a extender multinacionales de ánforas y exportar sus cuadrigas inundando el mercado palestino. Vamos, que nos les debemos nada de nada y el mundo hubiera sido un lugar cojonudo sin ellos.

Todo esto me recuerdó aquella genial escena de los Monty Python en La Vida de Brian en la que los miembros del Frente Judaico Popular (¿o era el Frente de Liberación de Judea?) discutían sobre lo que habían hecho los "imperialistas" romanos por ellos (y qué decir de nosotros, los europeos). En eso que los "revolucionarios" empiezan a nombrar la lista. Ésta incluía cosas (cosillas) como acueductos, irrigación, derecho, alcantarillado y mi favorita: el vino. Porque ¿qué es una civilización sin vino?

La miopía de aquellos revolucionarios judíos plasmanada por los Monty Python iba mucho más allá de la simple broma. Arremetía directamente contra la línea de flotación de tanto "progre" de postal que se llena la boca con palabras como "imperialismo" cuando no tiene ni las mínima idea de lo que está hablando. Así que, por favor, documéntense un poco antes de abrir la boquita.

 

Payasos por la Paz

 

Una vez más los españoles están divididos a causa de la política. Pero ¿quién es el que crispa? ¿Está tan claro quién caldea los ánimos? Me parece pueril y cínico que algunos apoltronados que vivien de lo que les pagamos todos los españoles a través de nuestros impuestos se dediquen a dar lecciones --como es el caso-- de honestidad y democracia. Lamentable que los titiriteros de turno, franquistas cuando Franco y spocialistas cuando ZP, "dialoguen" tan ricamente con asisinos confesos y pongan el culito en pompa extasiados ante la posibilidad de traer el reino de la paz a la tierra. Ilusos. Eso sí, al vecino, si es de derechas, ni agua. Faltaría más. Han instaurado una nueva definición de "diálogo"; sólo válido si tienes las manos manchadas de sangre.

 


Nazismo izquierdista

Les reproduzco hoy un interesante artículo aparecido en el blog de Manuel Morales do Val (periodistadigital.com). Pese a que no convencerá a ninguno de los que vociferan contra Israel, aporta datos para tener en cuenta. Como, por ejemplo, que el mayor "genocidio" cometido contra los palestinos lo llevaron a cabo los Jordanos en 1970; el conocido septiembre negro por el que los palestinos fueron expulsado de dicho país árabe.En fin, que les dejo el artículo y un ilustrativo comentario de un ciudadano israelí "de izquierdas".

Nazismo izquierdista

Horas antes de que el Gobierno de Israel nombrara ministro al laborista Raled Majadle, un árabe musulmán, la alcaldesa socialista de Cienpozuelos, cambiaba la conmemoración internacional del día del Holocausto por lo que algunas izquierdas y los nazis llaman “el genocidio palestino”.

Muchos árabes no se atreverían a repetirlo: saben que el enfrentamiento de Israel con las organizaciones armadas palestinas es una guerra. Incluso del lado de Israel luchan musulmanes, especialmente drusos, que también tuvieron un ministro, Saleh Tarif.

El Holocausto no fue una guerra. Fue la terrible maquinaria policial nazi lanzada a la caza y el exterminio sistemático y científico, uno a uno, de seis millones de judíos.

Está renaciendo en la España irreligiosa el viejo y tenebroso odio religioso a lo judío que no distingue el Holocausto de la guerra. Puro nazismo. Y muchos representantes de las izquierdas españolas han adoptado ese ideario.

Dicen defender al pueblo palestino cuando sólo quieren la desaparición de Israel, al que acusan de todos los males, olvidando que en este momento hay una sangrienta guerra civil entre palestinos. Y que otros árabes han matado a más palestinos, y viceversa, que los israelíes.

Por eso, cuidado: las campañas como la de Cienpozuelos o las manifestaciones antiisraelíes del PSOE en Madrid de este verano coinciden con las de los nazis tradicionales, que atacan judíos.

Agresiones que están incrementándose gravemente: en 2006 crecieron con respecto a 2005 el 66 por ciento en Austria, el 60 en Alemania, el 50 en Escandinavia y el 20 en Francia y Rusia.

El PSOE, hermanado antes con el Partido Laborista de Israel, la única democracia de Oriente Medio, abandera manifestaciones antiisraelíes: debería recordar que el nazismo nació del antisemitismo de izquierdas y masas obreras, y que Hitler sólo lo sistematizó y explotó.

Comentario:

En nombre de quienes vivimos en Israel, y somos duenios de una ideologia social de izquierda, y debemos enfrentarnos dia a dia con ese odio venenoso de la "izquierda internacional",con respecto a un pais que tiene mas caracteristicas "socialistas" y "socialdemocratas" que todos sus vecinos juntos, le agradesco por su articulo.
ATTE. ZAMIR SHIMSHON. ISRAEL

Sobre mezquitas y acueductos

Les paso un artículo de APR que, como siempre, me ha dejado con una sonrisa dibujada en los labios.  

 

Sé, sin que saberlo tenga mérito alguno, cómo acabará la polémica sobre el uso islámico de la catedral de Córdoba. Estando como estamos en España, y por muchas pegas que se pongan al asunto, todo será, tarde o temprano, como suele. Aquí es cosa de tener paciencia y dar la murga. Por eso apuesto una primera edición de El Guerrero del Antifaz a que, en día no lejano, veremos a musulmanes orando en la antigua mezquita árabe. Tan seguro como que me quedé sin abuela. Estamos aquí, señoras y caballeros. En la España pluricultural y polimorfa marca ACME. Donde todo disparate y estupidez tienen su asiento.

A ver si me explico. Si yo fuera musulmán –cosa imposible, porque me gustan el vino, los escotes de señora, el jamón de pata negra y blasfemar cuando me cabreo– pediría eso y más. Como acaba de hacer, por ejemplo, la federación de asociaciones islámicas, exigiendo que la Iglesia católica devuelva el patrimonio musulmán; o los descendientes de moriscos –échenle huevos y háganme un censo–, obtener la nacionalidad española. En un mahometano que se tome a sí mismo en serio, o le convenga parecer que se toma, todo eso sería normal, pues los deseos son libres. El problema no está en los que piden, que están en su derecho, sino en los que dan. O en la manera de dar. O en la manera cobarde, acomplejada, en la que cualquiera que tenga algo público que sostener en España se muestra siempre dispuesto a dar, o a regalar, con tal de que no le pongan la temida etiqueta maléfica: reaccionario, conservador o antiguo. En un país tan gilipollas que hasta los niños de las escuelas tendrán una asignatura que los adiestre para el talante y la negociación, donde en boca del presidente del Gobierno un terrorista asesino que desea salir del talego es un hombre de paz, donde hasta un tertuliano de radio puede decir, sin que nadie entre sus colegas lo llame imbécil, que a los españoles les sobra testosterona y ya va siendo hora de reivindicar la cobardía, lo absurdo sería no ponerse a la cola y pedir por esa boca pecadora. Faltaría más. La mezquita de Córdoba, o el acueducto de Segovia por parte del alcalde de Roma. Y si cuela, cuela.

No voy a ser tan idiota como para pretender explicar lo obvio: las iglesias tardorromanas o visigodas anteriores a las mezquitas árabes, los ocho siglos de afirmación nacional, etcétera. Sólo argumentarlo es dar cuartel a quienes utilizan nuestra bobería como arma. Lo que quiero destacar es el hecho invariable del método. En España, basta que alguien plantee una estupidez de grueso calibre, sea la que sea, para que, en vez de soltar una carcajada y pasar a otra cosa, siempre haya gente que entre al trapo, debatiéndola con mucha seriedad constructiva, con el concurso natural de los malintencionados y de los tontos. En eso vamos a peor. Hasta hace poco sólo soportábamos a los paletos de campanario de pueblo empeñados en reducir el mundo al tamaño del rabito de su boina. Pero en vista del éxito, todo cristo acude ahora a mojar en la salsa. A qué pasar hambre, si es de noche y hay higueras.

Por eso digo que acabarán orando en Córdoba. Tienen fe, poseen el rencor histórico y social adecuado, y han tomado el pulso a nuestra estupidez y nuestra cobardía. Tampoco merece conservar catedrales quien no sabe defenderlas: no por motivos religiosos –dudoso argumento de tanto notable chupacirios–, sino porque esas catedrales construidas sobre mezquitas o sinagogas, que a su vez lo fueron sobre iglesias visigodas asentadas sobre templos romanos o lugares sagrados celtas, son libros de piedra, memoria viva de lo que algunos todavía llamamos cultura occidental. Un Occidente mestizo, por supuesto, como siempre lo fue; pero con cada uno en su sitio y las cosas claras. Como ya escribí alguna vez, hicieron falta nueve mil años de memoria documentada desde Homero, dos siglos transcurridos desde la Revolución francesa llenos de sufrimiento y barricadas, y unos cuantos obispos llevados a la guillotina o al paredón, para que una mujer goce hoy en Europa de los mismos derechos y obligaciones que cualquier hombre. O para que yo mismo tenga derecho –lo ejerza o no– a escribir «me cago en Dios» sin que me metan en la cárcel, me persigan o me asesinen por blasfemo. Quien olvida eso y se la deja endiñar en nombre del qué dirán y el buen rollito, merece que le recen en Córdoba o lo pongan mirando a La Meca. Y que cuando su legítima pase con falda corta frente a la mezquita-catedral, símbolo de la multicultura, del todos somos iguales y del diálogo de civilizaciones, otra vez la llamen puta.

Viento en popa...

Viento en popa...

Hace un momento que he acabado la lectura de Capitán de mar y Guerra (Master & Commander) de Patrick O'Brian. Les aseguro que es de lo mejorcito que he leído en mucho tiempo. La novela engancha desde el principio y la acción es constante durante todo el relato. Otro de los aspectos que llama la atención en la precisión histórica y náutica que muestra O'Brian en la obra. Llama la atención que el capitán Aubrey, alias "Ricitos de oro" sea un tipo regordete y un poco simplón, poco que ver con el apuesto Rusell Crowe. Cosa que, por otra parte, da mayor verosimilitud al relato. Con un material así no me extraña que la película fuera un peliculón de aupa. Ya estoy deseando comprarme Capitán de Navío, la segunda novela de la saga. Para todos aquellos aficionados a la novela histórica es un caramelo. Creo que tengo por delante muchas lecturas de O'Brian.

El fin del diálogo

Al César lo que es del César. Al final se ha demostrado que los agoreros que clamaban(mos) contra el exitinto e infructuoso "proceso de paz" tenían razón. En este mismo blg podrán ustedes leer algunos posts al respecto. En un principio, éste que escribe suponía que el Gobierno habría llegado de antemano a un acuerdo con los terroristas, pero el decurso de los acontecimientos mostró que no iban por ahí los tiros. No hace demasiado les contaba que dialogar con ETA era como hablar con una pared. Tanto el Gobierno como los asesinos estaban atrapados; más por lo que no podían ceder que por lo que podían haber acordado. Recurden cómo les dije que ETA no podía renunciar al derecho de autodeterminación, ni a la anexión de Navarra, que para ellos forma parte de esa entelequia ahistórica llamada Euskalherría.  Por su parte, los socialistas no podían vender de saldo el Estado de Derecho y finiquitar lo poco que queda de España.

Pues bien, el atentado de la Terminal 4 ha demostrado que el maximalismo de los terroristas los convierte en interlocutores no válidos, por decirlo suavemente. No se puede dialogar con una pared. Y a esta conclusión debería haber llegado el señor Zapatero hace ya bastante tiempo. Por mucho que ahora digan e intenten mandar balones fuera el error palmario lo han cometido ellos. La enésima tregua trampa de ETA ha demostrado que para acabar con el terrorismo (con este en concreto) hay que aplicar la Ley con contundencia. El caso de la Kale borroka es un claro ejemplode cómo cuando se da alas a los violentos éstos vuelven a la carga. De momento ya se ha podido comprobar cómo han aprovechado la tregua para rearmarse y llenar los zulos de explosivos.

Todavía queda por ahí gente que dice que hay que seguir con el diálogo y memeces por el estilo. Qué quieren que les diga, de vez en cuando hay que dar un puñeazo sobre la mesa y decir que hasta aquí hemos llegado. Creo que se han dado condiciones (y ninguna como ésta) para que los terrositas renuncien a la violencia y queden, incluso, impunes de muchos de sus asesinatos. Pero ahí les tienen, colocando 800 kilos de explosivos en un aparcamiento de un aeropuerto. Ese es el diálogo que entienden estas bestias. Lo demás son cantos de sierena.

Regreso de vacaciones

 Vuelvo de pasar la Navidad por tierras andaluzas, o sea, por la tierra de mis padres, abuelos, bisabuelos, etc. Quizá sea el constante trasiego al que nos ha sometido, a mi hermana y a mí, nuestro señor padre en el decurso de nuestra ya no tan breve existencia, quizá la voz de la sangre, o la memoria genética, o vaya usted a saber, pero algo se enciende en nuestro interior –y creo poder hablar por los dos-- cuando aparece aquel letrero verde y grande, justo antes de llegar a Almaciles, donde puede leerse “Andalucía”.

Vaya usted a saber, decía hace un momento, no tengo ni la más remota idea de lo que será, pero pasa. Uno, que no excesivamente correcto en lo concerniente a la política ni a prácticamente nada, cree en lo que ya he citado antes de la memoria genética. Sí, ya sé, se supone que la educación es lo que nos hacer ser como somos, pero no me convence, y que conste, antes de que nadie se rasgue las vestiduras y se ponga a llamarme cualquier cosa menos guapo, que no defiendo las tesis etnicistas ni nada por el estilo. Sólo digo, y se ha comprobado, que hay ciertos recuerdos que pasan de generación en generación inscritos en el lenguaje de programación de nuestras células. Y a eso achaco que después de siglos (500 años como mínimo) de permanencia de los míos por tierras andaluzas, algo diga “hola, aquí estoy” cuando entro en el antiguo Reino de Granada.

Decía mi señor padre el otro día que es jodido ser emigrante, que no estás a gusto ni en tu tierra de origen ni en la de adopción. Lo puedo entender, pero a éste que escribe no le sucede, me siento mucho más a gusto por allí abajo. Y toda esta parrafada no significa que no quiera a Cataluña, que no la sienta, que no la viva, pero no es lo mismo. Hay algo que se activa, un interruptor emocional, o el saber que bajo esa tierra están los míos. Vuelvo a decir que no lo sé.

Por eso quiero pensar, me gusta pensar, mejor dicho, que algún día acabaré en una casita encalada frente al Mediterráneo meridional. Soñar no cuesta dinero.

De momento regreso, quién sabe por cuánto tiempo, a mi hogar. Pero allí, entre los olivos de Jaen, bajo la peña de Castril, en el páramo de Almería, al pie de la Alhambra, se queda una parte de mí, algo a lo que no podría renunciar por nada aunque quisiera.


Ah, Feliz Año a todos.

 

Una perlita

Perdonen ustedes la semanita de asueto que me he tomado, acabo de regresar de un castillo de la comarca de Osona (preciosa, por cierto) habilitado como casa rural donde he pasado un par de días en compañía de mis amigos del alma Vuelvo con pocas ganas de darle a la tecla pero con muchas de compartir con ustedes una perlita que por varios motivos me ha hecho mucha gracia. Primero, por ser un asunto al que le he dedicado más de un ratico largo de reflexión. Segundo, por haber sido este servidor de ustedes miembro de uno de esos sindicatos de estudiantes (época, por otra parte, maravillosa de mi vida) que menta el autor del texto. Y tercero, como no, por coincidir en muchos puntos con lo que APR comenta de la izquierda (desilusión incluida; ya lo decía el viejo Miralles, protagonista de Soldados de salamina:"la izquierda siempre decepciona") la extrema derecha patriotera española.  Ahí les dejo el texto.

NI saben ni quieren saber

Les hablaba hace poco de lo difícil que se va poniendo en España dar un mitin político, una conferencia o expresar en público una opinión, sin que un piquete de lo que sea intente silenciar al invitado de turno. Para confirmarlo –que no hacía maldita la falta–, al día siguiente de teclear esas líneas, a don Manuel Fraga le interrumpieron una conferencia en Granada medio centenar de jóvenes llamándolo asesino y fascista. Después le tocó en otro sitio a Carod Rovira, y menos gordito simpático le dijeron de todo. Los que acosaron al político catalán eran diez fulanos de extrema derecha –la auténtica, no la que adjetivan ciertos soplapollas pretendiendo reescribir la Transición y la Historia–; así que, en realidad, esos animales salvapatrias se limitaban a lo que se espera de ellos: mantener viva la tradición de quemar libros y apalear bocas, que tiene rancia solera europea, tanto nacionalsocialista como nacionalsindicalista.

Lo de Fraga, en cambio, me preocupa más. Y no por el abuelo, que tiene más conchas que mi tortuga Amanda, sino por quienes liaron la pajarraca. Lo inquietante es que esos jóvenes se autodenominaran de izquierdas. Porque si es verdad que la izquierda española oficial de toda la vida, compañeros del metal y todo eso, acabó degenerando en el penoso espectáculo botijero de sandez, obviedad y demagogia inútil verde manzana que se pone de manifiesto cada vez que abre la boca su secretario general, señor Llamazares, no es menos cierto que uno espera, en el fondo de su corazoncito, que el futuro alumbre alguna vez una izquierda diferente, eficaz, provista de argumentos sólidos, de coraje político y de la cultura republicana que hoy es fácil adquirir a poco que uno acceda a las fuentes formativas adecuadas, que para eso están ahí.

En tales circunstancias, resulta desazonador que, comentando el pifostio granadino del señor Fraga, un joven individuo llamado Ramón Reyes, que responde, nada menos, al formidable título de secretario provincial del Sindicato de Estudiantes de Granada –alguien tendría que explicarme algún día en qué consiste exactamente un sindicato de eso, y yo a cambio le explico lo del SEU–, justificara el incidente afirmando, por la cara, que el viejo político gallego «nunca ha apretado el gatillo, pero lo ha ordenado», y culpando además a la Universidad «por invitarlo con el dinero de todos los contribuyentes». Apenas leí tales declaraciones, corrí al diccionario de la Real Academia y, abierto por la página 847, leí la siguiente definición de la palabra imbécil: «Alelado, flaco de razón». Después busqué en la página 98 la segunda acepción de analfabeto: «Ignorante, sin cultura o profano en alguna disciplina». Y de ese modo pude confirmar, con el respaldo de la autoridad adecuada, que al antedicho secretario del sindicato estudiantil granadino –de otras provincias no tengo información suficiente– se le puede llamar imbécil analfabeto con absoluta propiedad y precisión filológica. Cosa que hago aquí, para que conste a los efectos oportunos, etcétera. Hasta a Adolfo Hitler, señoras y caballeros. Hasta a Stalin, Pinochet, Franco o Atila, si hace falta. Hasta al torturador más infame de la ESMA argentina, o al más bestia sargento de marines destacado en Iraq, sería interesante escuchar en una conferencia. Incluso al miserable De Juana Chaos, imagínense, mientras cuenta qué sentía pidiendo champaña cuando asesinaban a alguien. Después, que para eso está el coloquio, se discute o se le menta a la madre. Pero, como digo, después. Mientras tanto, la oportunidad de escuchar bien calladitos es oro puro, pues no hay mejor modo de escrutar el alma humana, tinieblas incluidas, adquiriendo conocimiento y lucidez –Mein Kampf o Sabino Arana, por ejemplo, son textos imprescindibles–. Por eso, y sin que el pobre don Manuel Fraga tenga que ver con los individuos antes citados, excepto con el Franco del que fue ministro –muy competente, por cierto– antes de participar de forma decisiva en la extraordinaria transición que España vivió en los años setenta, compartir la experiencia de su dilatada vida política es privilegio al que esa panda de tontos del culo granadinos renunció, para su propio mal. Ignorantes, también, de lo tradicionalmente española que es tan cerril actitud. Que ya en el siglo XVI escribía en su Viaje de Turquía el supuesto Pedro de Urdemalas: «La gente española, ni sabe ni quiere saber… De este vicio nació el refrán castellano que en ninguna lengua se halla sino en la española: dadme dinero y no consejos».

Érase una vez...

Érase una vez el Hombre  fue mi serie de dibujos animados favorita.  A ella le debo gran parte de lo que soy... una pena que no la repongan...

"Pasado turbio"

"Pasado turbio"

Ayer aparecía publicado en el TBO, perdón, en El Periódico, que Albert Rivera, Presidente de Ciutadans, había pertenecido a las juventudes del PP. Mi pregunta al respecto es simple y monosílaba: ¿Y?

El artículo en cuestión pone de manifiesto una serie de cosas del pensamiento único del oasis. Primero, que el PP es un partido maldito, no democrático y “facha”. Segundo, que en este país uno no puede cambiar de ideas –cosa que he experimentado en carne propia—. Y tres, que están bastante acojonados con un partido que sólo tiene 3 diputados.

A ver, Rivera estuvo afiliado durante unos meses al PP y el propio diario que lo “denuncia” dice que nunca se pasó a recoger el carné y que apenas participó en los actos. O sea, que al chaval no le llegó a motivar el asunto. Y aunque así hubiera sido ¿pasa algo? Quiero decir ¿sería un problema que Rivera hubiera pertenecido el PP?

Lo que me extraña es que no dediquen un artículo cada día con titulares como “Puigcercós fue miembro del MDT”, o “Piqué tuvo carné del PSUC”, o “Montilla fue comunista”. Este que escribe hace gala de su pasado como militante de la Juventud Comunista del PSUC Viu, un grupúsculo marxista escindido del congelado PSUC original.

La verdadera obsesión es vincular a Ciutadans con la extrema derecha o en su defecto con la derecha rancia catalana. De hecho, lo único que pone de manifiesto el artículo de El periódico es que a Rivera no le convenció el PP y lo abandonó. Por cierto, bastante antes de saber que sería candidato y presidente de la nueva formación.

Otra cosa es que hubieran descubierto que Rivera hubiera sido miembro de Democracia Nacional o del MSR, pero ¿del PP? Que pasa ¿ahora tiene que llevar el estigma de traidor a la patria catalana por duplicado? Es que es de risa.

20 N o los extraños compañeros de viaje

 

Hoy es 20 N, una fecha con mucha historia para todos los españoles. Tal día como hoy, hace 31 años (los que tiene un servidor) moría Francisco Franco, a la sazón el dictador más mojigato del hemisferio occidental. Pero la muerte del centinela no ha sido la única coincidente con esta fecha. En 1936, en la prisión de Alicante, asesinaron a José Antonio Primo de Rivera, fundador  de Falange, tras un juicio en el que la sentencia estaba ya decidida de antemano.

Muchos autores han coincidido en que esa muerte supuso una de las últimas oportunidades de desactivar el golpe militar y acabar con la guerra que se venía en ciernes. Lo hubiera sido por muchos motivos, entre ellos porque sólo José Antonio hubiera tenido la capacidad y la autoridad para desbancar a Franco como líder de la España Nacional. Sabedor de eso, el futuro dictador desoyó la posibilidad de un cambio del líder falangista por la familia del dirigente socialista Indalecio Prieto. ¿Qué hubiera pasado en la España sublevada con un José Antonio? Sabido es que el dirigente falangista preconizaba una revolución nacionalsindicalista con una reforma agraria, una nacionalización de la banca y unas serie de medidas digamos que “izquierdistas”. También es conocido, por ejemplo, que Primo de Rivera despotricaba contra “los señoritos” y contra la casta dirigente española. En un discurso desde la cárcel advertía a “sus muchachos” de que no se dejaran engañar por un movimiento que los utilizase para que nada cambiase en España.

Un hecho poco conocido es que antes de su muerte, José Antonio dejó un testamento en el que planteaba la posibilidad de un gobierno de concentración nacional (con socialistas, cedistas y republicanos entre otros) para acabar con la contienda. En él se hablaba de libertad de prensa y de reunión, entre otras cosas. Quien sabe si Federico García Lorca, gran amigo del líder falangista, habría seguido vivo y protegido de la ira de los desalmados que lo asesinaron en Viznar. Hipótesis, nada más que eso, arena en el viento.

También un 20 de noviembre murió Buenaventura Durruti, dirigente anarquista. La muerte del líder ácrata todavía está envuelta en el misterio. Al parecer se le disparó su propia arma… Por la espalda y a bocajarro. Se dice, se comenta, que Durruti estaba demasidado influenciado por el PC y que lo quitaron del medio para evitar futuros problemas qure podrían haber ocasionado una escisión en el movimiento anarquista. Otra versión, mucho más fantástica, dice que a Durruti lo mataron porque quería pasarse a Falange. Ésta última teoría es de lo más peregrina, pero responde a un hecho curioso: al sector hedillista de Falange, depositarios del ideario joseantoniano, se les llamaba failangistas (con i) en el bando nacional. Curioso ¿verdad?

 

Otro 20 N con señores de bigote recortado y jóvenes de “estética skin” dando la brasa y cantando el Cara al sol. La mayoría sin tener ni pajolera idea de que el fundador de Falange y el dictador bajito, además de tener unos objetivos completamente distintos,  se odiaban profundamente. Y para más inri están enterrados juntos. La Historia hace extraños compañeros de viaje.  

El sumario

El sumario

La verdad es que el lunes viene calentito. Al parecer el sumario del 11 M hace aguas por todos lados, y no lo digo yo, ni la COPE, sino la propia Justicia, que ya no sabe a dónde mirar para disimular el error. Resulta que el tan vilipendiado análisis de los peritos que publicaba El Mundo, y del que se cachondearon hasta la saciedad en medios prisistas (por no decir priístas) como Cuatro, El País o la SER, era cierto. O sea, que era cierto que los mandos dijeron a los peritos que quitaran la referencia a ETA del informe, (el famoso ácido bórico) y que el análisis de los explosivos apuntaba directamente en una dirección.

Vaya, vaya, quién nos lo iba a decir. Con la que está cayendo no sería muy extraño que el sumario tuviese que rehacerse entero. Motivos no faltan al igual que errores en el mismo. Todo por no hablar de la metida de pata antológica -suponemos que no intencionada, of course- del juez Garzón al machacar a los pobres peritos sin tener competencias en el caso. En fin, que en este país no ganamos para sustos. No voy a formular hipótesis porque no quiero ser aventurado, pero aquí cada vez huele más a podrido. Y por lo que sé de Pedro J. , éste tiene guardado más de un as en la manga y lo va a ir soltando poco a poco. Imagino que lo "gordo" se lo guarda para antes de las elecciones.

Yo, como siempre he dicho, espero que sea todo una fantasía del director de El Mundo, aunque con los antecedentes en casos como el GAL, no me fío un pelo. Por el bien de este país preferiría que todo fuera pura fabulación. Aunque tengo mis dudas...

El último discurso de Bin Laden...

Simlitudes

Después del post de ayer he estado investigando un poco más acerca del fascismo español. En concreto del Partido Nacionalista Español del mencionado doctor Albiñana y de las posiciones ideológicas de Ramiro Ledesma. Ambos son un calco del fascismo italiano. Pues bien, he encontrado una definición de esta ideología totalitaria que se basa en los siguientes principios:

Interpretación del Estado autoritario

- Centralización de los aspectos jurídicos, políticos y socioeconómicos.

- No tolera la oposición.

- Inexistencia del Estado de derecho.

- Monopolio propagandístico.

- Control de la economía.

Exaltación de la figura del líder

Bases racistas.

 Anticapitalismo demagógico.

Militarismo

Por lo mismo que dije ayer, me parece una clasificación demasidado simple, por esta regla de tres  se podría denominar "fascismo" a más de una ideología, incluso antagonista, de la primera. De todas formas., lo que sí es cierto es que los países pertenecientes al llamado socialismo real tenían mucho más en común con estos parámetros de lo que a sus defensores les gustaría. 

Memoria contradictoria

No sé si será por la ley zapateril de recuperación de la Memória Histórica pero estoy leyendo una barbaridad de cosas relacionadas con la Guerra (in)Civil. De resultas, como buen epígono de Sócrates, cada vez tengo la sensación de saber menos al respecto.

Las viejas clasificaciones maniqueas están empezando a resquebrajarse en mi inerior; ya no tengo tan claro aquello de los bueno y los malos. Piensen ustedes lo que quieran, cuzifíquenme en la cruz que deseen y encasíllenme donde les apetezca, pero es así. Todo ello es producto de la caída de viuejos muros intelectuales que no me permitían beber en otras fuentes que las de la ortodoxia bienpensante. Por suerte, este, como otros muros, ha caído.

Acabo de llegar del FNAC, donde me he comprado un libro tiulado La Falange teórica. Me interesa, como historiador, lo que en él pueda decirse de este movimiento político. Más aun, el autor se confiesa secretario particular de Dionisio Ridruejo, padre intelectual –entre otros– de la generación que llevó a cabo la transición política en España a la muerte del dictador.

Les escribo todo esto porque de un tiempo a esta parte, como ya he dicho, están cayendo viejas clasificaciones que parecían inamovibles. Por ejemplo, tras leer algunos discursos de don indalecio Prieto y, sobre todo, de don Francisco Largo Caballero, llego a la conclusión que ni uno ni otro –y por extensión el propio Partido Socialista– estaban mucho por la labor de perpetuar una república que calificaban de "burquesa". Tampoco lo estaban, es cierto, gente como Calvo Sotelo, más interesado en mimetizar al fascismo italiano o a Alemania nazi. Pero llega la duda ¿era, realmente, la Falange un partido fascista? La lógica y la Historia así lo afirman, pero no todo está tan claro. Por lo menos en un primer momento y hasta el Decreto de Unificación firmado por Franco en el 37. No lo está porque en España ya existía un partido de corte fascista, camisa negra y saludo a la romana: el Partido Nacionalista Español del doctor Albiñana. No lo está porque Ramiro Ledesma, a la sazón fundador de las JONS, fue expulsado de la Falange por beligerante y maximalista. No lo está por los devaneos católicos de José Antonio Primo de Rivera –algo muy extraño en el ideario fascista al uso–. No lo está por el trasvase de gente del PC y de la CNT que recibió el pequeño partido después de su fundación ni porque en su ideario no aparecen contenidos xenófobos (más bien todo lo contrario).No está claro, no, que la Falange, en un principio fuera un partido fascista –como acabó conviertíendose después–, en todo caso era un partido falangista. Y no lo está, por último, por una serie de declaraciones del propio José antonio Primo de Rivera antes y después del "alzamiento" advirtiendo a "sus muchachos" a que no participaran en ningún movimiento "reaccionario" que perpetuase el sistema de privilegios ni a la casta de los "señoritos". Es curioso, por contra,  que en el bando republicano existieran partidos que sí coqueteaban con el fascismo: el PNV y Estat Catalá.

Por otro lado, tampoco queda claro si el PC, que se hizo con el control en la zona republicana con la connivencia del PSOE, hubiera establecido un sistema decomcrático –más bien, y a tenor de lo sucedido apenas 10 años después en la Europa Oriental,  todo lo contrario– en caso de haber ganado la contienda. En todo caso, todo apunta a que habría habido una nueva Guerra Civil; en esta caso enfrentado a anarquistas y comunistas.

Cada vez estoy más convencido de que la Guerra Civil es mucho más poliédrica de lo que se nos ha venido contando. Ni siquiera cuestiones como la reforma agraria o la nacionalización de la banca sirven para establecer una línea clara entre los considerados de "izquierda" y los de "derechas". Si bien es cierto que la República, en un primer momento, representaba los valores de la democracia, una vez internados en la contienda esa forntera se difumina. Al fin, dos totalitarismos frente a frente. Cabe señalar que tanto el PSOE como el PC jalonearon la sublevación anticonstitucional del 34; a todas todas, un intento por subvertir el orden democrático (igual que luego lo fue el del 18 de julio del 36).

No me posiciono, no rasgaré mis vestiduras en un requiem por nininguna de las dos emiespañas. Sólo diré que la Historia trató mal a este país y que por azares del destino un dictador mediocre, reaccionario y miserable acabó dirigiendo los destinos de esta piel de toro durante 36 años.

PD. Para evitar molestias innecesarias a lectores suspicaces debo aclarar que el motivo de este post no es legitimar la sublevación militar del 36, ni emular a Pio Moa, ni defender ninguna postura antidemocrática, sino exponer una serie de hechos, a priori sorprendentes, y dudas que me asaltan después de leer sobre la contienda y sus origenes. Creo que no está de más arrojar un poco más de luz al respecto sin caer en el sectarismo.

Subvenciones que matan

Como muchos de ustedes saben –llámenme perspicaz— un servidor está radicalmente en contra de subvenciones, prebendas y chanchullos en general. Es lo que tiene ser un liberal egoísta. Bien, les digo esto porque ayer por la noche, pasadas la 1 de la madrugada, pillé de casualidad un documental de Canal 33. El documental en sí versaba sobre lo malos que son los europeos y cómo estamos condenando a la miseria a gran parte del mundo. A priori, pensé que se trataba de otro panfleto del buenrrollismo masoquista de los progres del continente. Y así era, por lo menos en la superficie. Les explico de qué iba para que juzguen ustedes mismos.

Resulta que la UE subvenciona gran parte de la producción agrícola propia. La remolacha, la cría aviar, los cereales y un sinfín de productos reciben dinero de la Unión. Resultado, se generan miles de toneladas de excedentes agrícolas. ¿Qué hacer con lo que sobra? Sencillo, se exporta a un precio ridículo a países del Tercer Mundo. Resultado, estos excedentes inundan los mercados locales y asfixian la producción autóctona. Los productos nativos no pueden competir y se colapsa la agricultura.

Así, un país como Ghana, que hasta hace poco tiempo era auto suficiente y gozaba de una economía en auge, ha caído irremediablemente en la más absoluta miseria. El primer productor de arroz de África importa en la actualidad este producto. Compran al exterior prácticamente de todo (lo de los pollos congelados que traen importados es kafkiano). Como solución, el gobierno ghanés intento gravar con unos aranceles mínimos estos productos, a lo que desde la UE se le advirtió que no lo hiciera si quería seguir recibiendo ayudas al desarrollo. Eso en mi pueblo es chantaje.

Otro ejemplo. En Europa se subvenciona la remolacha, producto del que se obtiene el azúcar blanco. Empresas con ganancias que se miden en millones de euros reciben, incomprensiblemente, subvenciones. Como resultado, el azúcar que se produce en Europa es muy barato y se exporta a todo el mundo. Otra vez en África, la industria derivada de la caña de azúcar se ha hundido. Más familias abocadas a la pobreza.

Lo curioso es que la cantidad de dinero (en millones de euros) que Europa destina a favorecer el desarrollo es la misma que dedica a subvencionar productos agrícolas. Lo comido por lo servido, que diría un salao.

Pues ahí lo tienen, cómo una política que en Europa defiende la izquierda con uñas y dientes condena a gran parte del planeta al subdesarrollo. Aquí no hay malvadas internacionales, ni terratenientes déspotas, ni siquiera gobiernos corruptos, aquí lo que hay es un grupo de señores que cultivan la tierra a costa de los impuestos del resto. Y ante eso, como son votos, los “salvadores de los pobres” no dicen ni mu. Triste, diría yo.

Por otro lado, esos agricultores que reciben subvenciones gastan el 90% del agua que se consume en España. Un agua que no sobra precisamente y que va a regar productos que no necesitamos (solución de la izquierda: subir el precio del recibo del agua para "concienciar" a la población de su valor real. Otra vez kafkiano).

Se hace urgente una reconversión del modelo agrario europeo. Muchos de ustedes, quizá con familia en zonas rurales, saben que para una gran cantidad de agricultores las subvenciones son imprescindibles, pero quizá haya llegado la hora de echarle imaginación al asunto y diversificar la producción. El cambió no será fácil, pero de lo contrario se perjudica a millones de personas que también tienen derecho a llevarse un trozo de pan a la boca.

Otro día les hablaré de los aranceles.


"Revoluciones"

"Revoluciones"

Hacía ya tiempo que tenía ganas de escribir sobre lo que sucede en Iberoamérica. El trinfo de los sandinistas en Nicaragua (por los pelos, es cierto), es un ejemplo inmmejorable de hacia dónde han conducido a esos países el caciquismo y la corrupción.

Mi ilustre exprofesor Miquel Izard habló una vez de la curiosa situación que vivió en Venezuela. Que conste que Izard ha sido siempre un tipo que cojeaba del pie izquierdo, no sé si me entienden. Bien, les decía que don Miquel, a su vuleta a Venezuela tras la victoria del Chavismo en las elecciones, se encontró con antiguos amigos de ministros, directores generales o vaya usted a saber. La cosa le chocó, y no es para menos. También se dio cuenta cómo el poder estaba empezando, si bien no a corromperlos, por lo menos a cambiar sus hábitos. La cuestión es que el bueno de Izard nos contó que no tenía muchas esperanzas en el chavismo y poca o ninguna fe en el maestro de ceremonias de aquel sarao. Y no lo tenía porque conocía aquellos lares y sabía pèrfectamente que lo que allí sucede es más un problema cultural que político. Vamos, nos vino a decir –a sus alumnos– que entendía perfectamente el cambio de régimen, que incluso lo apoyaba porque el sistema anterior era corrupto y despótico. Veía en el chavismo un cambio de aires pero empezaba a notar como ese mismo aire se esta viciando.

Cuatro años después pienso lo mismo que mi antiguo profesor sobre los nuevos gobiernos de izquierda del contienente americano. Los sistemas políticos de países como Bolivia, Venezuela o Nicaragua no han sabido solucionar –en gran medida– las necesidades de sus ciudadanos. Es normal que la gente acabe por agarrarse a un clavo ardiendo. Pero no se excarmienta en piel ajena, y sólo dentrop de unos años los ciudadanos de estos países podrán saber, bajo la luz de la experiencia, lo que suponen las políticas intervencionistas  y uniformizadoras.

Por otro lado, las políticas económicas aplicadas en el contienente han favorecido a un pequeño grupo de industriales y terratenientes. El verdadero problema es que en estos países nunca se ha llevado a cabo una reforma agraria "a la americana" o "a la taiwanesa". Parece contradictorio pero no lo es. En EE.UU. primero y Taiwan después, la propiedad de la tierra se repartió entre los campesinos. No se colectivizó, ojo, se privatizó y el Estado pagó un rescate justo a sus antiguos propietarios. La diferencia es que la propiedad quedó muy distribuida y acabó por configurar una nueva clase media agraria con excedentes económicos susceptibles de ser invertidos en otro tipo de negocios.

Por el contrario, en Iberoamérica se han llevado a cabo medidas que concentraban la propiedad en muy pocas manos y, de resultas, en lugar de una clase media aparecía un proletariado agrario depauperizado. Una clase de pobres que ven con buenos ojos las propuestas de gente como Chávez o Morales. De todas formas hago notar la diferencia entre políticos como los mencionados –maximalistas– con otros como Lula, que si bien proyecta políticas sociales no toca el el sistema productivo sabedor de a qué desastre conduciría a su país.

Por último, muchos de los que se llaman liberales en América no son más que conservadores o ultra reaccionarios más interesados en salvaguardar los privilegios de una casta dominante que en aplicar medidas que favorezcan el desarrollo. Iberoamérica no necesita más revoluciones –ahí tienen ustedes a Cuba– sino unas clases medias –primero agrarias y luego urbanas– capaces de sacar a sus países de la miseria.